Mujer

31/5/2020

Bahía Blanca: la realidad de las mujeres trabajadoras frente a la cuarentena

Las trabajadoras domésticas entre los sectores más expuestos a la crisis, sin respuestas del Estado.

Romina vive en Villa Delfina, Bahía Blanca, con sus cinco hijos, pero está por quedarse en la calle: se quedó sin trabajo y la desalojan por no poder pagar el alquiler. Frente a esta situación se acercó a los medios para pedir ayuda, donde contó que se dedicaba a cuidar abuelos y limpiar casas. Pero desde que empezó la cuarentena obligatoria no pudo volver a trabajar.


Este caso es un fiel reflejo de la realidad que viven las empleadas domésticas en cuarentena. Como efecto de las medidas tomadas en medio de la crisis del coronavirus, miles de trabajadoras de casas particulares están perdiendo su fuente de ingresos, porque les discontinuaron la tarea sin pagarles o porque directamente fueron despedidas.


Las consecuencias de estas medidas son graves. Tal es el caso de Romina que en el pedido de ayuda a los medios informa que la acaban de echar a la calle, le dieron tres días para buscar otro lugar y no sabe dónde va a ir a parar.


La desprotección del Estado hacia el gremio más grande de mujeres es la muestra más clara de que a este gobierno poco le importa la situación de las mujeres trabajadoras. Ante una crisis económica que se profundiza con la pandemia, la decisión del gobierno es proteger los intereses de los grandes sectores capitalistas, avanzando en acuerdos de pagos leoninos con los acreedores internacionales y votando en contra de que se trate el proyecto de ley de impuestos a las grandes fortunas, presentado por el Frente de Izquierda. Impuesto con el cual se podría contar con los fondos para otorgar los 30 mil pesos del seguro al parado.


Con esta pandemia aparecen de manera brutal señales de la inviabilidad de este régimen social. Las mujeres necesitamos fortalecer la independencia política de nuestras organizaciones. Porque es de la mano de esta independencia que podemos pelear contra un Estado y sus gobiernos que defienden los intereses patronales por encima de la vida de las y los trabajadores.


Desde el Polo Obrero y el Plenario de Trabajadoras nos organizamos para denunciar y ponerle fin a todos los atropellos que sufren las mujeres trabajadoras precarizadas. Ningún despido ni rebajas salariales. Por trabajo en blanco. Por un salario mínimo acorde a la canasta familiar. Por el cumplimiento de las licencias con goce de sueldo y sin descuentos para todas. Prohibición de desalojos. Por un subsidio de $30.000 para quienes no cuenten con ingresos durante la crisis. No al pago de la deuda, volcando todos los recursos a combatir la pandemia y sus efectos sociales.