Mujer

13/5/2021

Buenos Aires: las mujeres más golpeadas, por un régimen de hambre y violencia, nos ponemos de pie

Nos preparamos para una gran participación en el II Congreso nacional del PDT.

Sofía Bordone @ojoobrerofotografía

La política hacia las mujeres trabajadoras por parte del gobierno bonaerense de Kicillof-Magario es un reflejo de su orientación general para el conjunto de los sectores populares de la provincia. Siendo el Conurbano bonaerense el que concentra el mayor porcentaje de población y pobreza del país, las políticas vacías por parte del Ministerio de las Mujeres, comandado por Estela Díaz, no contemplan ninguna solución a la realidad de hambre, precarización y miseria a la que está condenada la población femenina de este territorio.

Las mujeres en la primera línea

Debemos destacar que mujeres y niñes son las principales víctimas de la situación de miseria, desocupación y precarización que se expande por la provincia, así como también son esas mujeres trabajadoras, ocupadas y desocupadas, las que se encuentran en la primera línea de las luchas. Así lo demuestra la composición mayoritariamente femenina del Polo Obrero y las organizaciones piqueteras, y el protagonismo de luchas como la de las trabajadoras municipales de salud en La Matanza, la Clínica San Andres de Caseros o las luchas del HIGA en Mar del Plata.

Por su parte, las miles de trabajadoras de casas particulares, que forman parte del gremio femenino más grande del país y trabajan en los countries y barrios opulentos de la provincia, son sometidas a brutales ataques patronales, mientras los ministerios miran para otro lado. El Congreso del PDT pretende ser un espacio de deliberación y de organización para estas miles de mujeres y sus luchas en toda la provincia.

La miseria, telón de fondo de la violencia de género

Con números de pauperización que ascienden al 70% entre mujeres y niñes, el gobierno bonaerense, en su conjunto, es responsable de que miles de mujeres queden imposibilitadas de salir de las múltiples situaciones de violencia, que la pandemia agravó.

El feminismo “low cost” de Estela Díaz ha resultado totalmente ineficaz para abordar este flagelo de la violencia, que tiene su mayor expresión en los 36 femicidios que han ocurrido en lo que va del año, poniendo así a la provincia de Buenos Aires en el puesto Nº 1 de mujeres asesinadas por motivos de género, en todo el país. Las mujeres que realizan denuncias siguen siendo ignoradas en fiscalías y comisarías, como puso de manifiesto el brutal femicidio de Úrsula Bahillo en Rojas, en febrero pasado. Este caso, además, colocó en el centro de la escena que, con el objetivo de sostener a Berni y su política represiva, funcionarios y funcionarias kirchneristas permiten que los más de 6 mil efectivos de la Bonaerense continúen en actividad mientras cuentan con denuncias por violencia de género.

El doble femicidio de Los Hornos, del 10 de mayo pasado, perpetrado por Juan Ignacio Soto, un policía de 23 años de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas de la Bonaerense, quien asesinó a tiros a su pareja Florencia Sandoval y a Cielo De Lucca (una mujer trans que se encontraba con ella) y luego se suicidó, es una consecuencia clara de esa política de complicidad y de sostenimiento de un régimen que pone en peligro la vida de miles.

Mientras tanto, los refugios son casi inexistentes y las vías de acceso a planes de “ayuda social” como el Acompañar -anunciados con bombos y platillos- no se aplican en las mayorías de los municipios, y donde sí se encuentran las mujeres no saben de su existencia y es un laberinto burocrático conseguirlo. En cambio, Estela Díaz si tuvo tiempo, cuando fue el conflicto por las tierras de Guernica, para acercarse a la toma con claras intenciones de usar la cuestión de la mujer como caballo de Troya, para disfrazar la política de desalojo.

Es que esa es la política que cruza al Ministerio de las Mujeres: pretenden utilizar la cuestión de la mujer como un maquillaje “progresista” de un gobierno ajustador y represor. Para llevar adelante esta orientación han impulsado la cooptación de activistas y referentes del movimiento de mujeres, que ahora en puestos de gobierno se preocupan más por sus abultados salarios y su carrera política que por los derechos de las mujeres. La tradición burocrática que arrastra Estela Díaz desde su época de dirigente de la CTA se ha puesto al servicio de esta tarea.

Un gobierno con la brújula del ajuste

Luego de la sanción del aborto legal, la orientación ajustadora y represiva del gobierno ha quedado aún más de manifiesto, ya que se han quedado sin agenda progresiva alguna, no solo para las mujeres, sino también para los trabajadores y la juventud en su conjunto.

El Plenario de Trabajadoras realizará un Congreso Nacional para discutir todas las perspectivas de acción en el movimiento de mujeres y la diversidad, para enfrentar esta política, de la mano de las luchas del conjunto de la clase obrera que despuntan en la provincia y en todo el país. Nos proponemos ser más de 1.000 jóvenes y mujeres en las comisiones de trabajo y el próximo sábado 29, para llevar la voz de las trabajadoras de la provincia de Buenos Aires en este II Congreso Nacional del Plenario de Trabajadoras.