Este martes, la Justicia condenó a la puntera del PJ de Chaco, Elida Mambrin, a 15 años de prisión y aún no se conocen los funcionarios involucrados en la la red de trata de personas manejada por la asociación civil “no me olvides”. Elida Mambrin fue señalada como coautora del delito de trata de personas, amenazas, violaciones y prostitución a través de la extorsión de becas y planes sociales otorgados desde los diferentes ministerios de gobierno.

Este juicio demuestra lo descompuesto del poder político de la provincia y la responsabilidad del Estado. Es necesario el desmantelamiento del aparato punteril y de las fuerzas represivas que cuidan a estas organizaciones por sus vínculos con el poder poder político de la provincia.

Elida  Mambrin, junto a su esposo Kilo Vallejo (que se suicidó en su casa después de estar dos meses prófugo) captaban chicas sin trabajo y sin ingresos y les exigían que se prostituyan con hombres vinculados al poder a cambio de beneficios sociales del Estado.

Las víctimas de está red de trata declararon que escuchaban los avisos de la fundación en la radio y que eran obligadas a vestirse de manera provocativa porque iban a “trabajar” para políticos. Por lo tanto la red de prostitución no se hizo solo con Mambrin y Vallejo sino que la complicidad política es directa. La investigación no debe detenerse y los responsables políticos que permitieron este delito deben pagar. Aquellos funcionarios “clientes” involucrados deben rendir cuentas como partícipes necesarios para que Mambrin y Vallejo lleven adelante la organización de la prostitución.

No es casualidad que el contexto donde se presenta este fallo es en vísperas a las elecciones Paso, con el avance de la precarización laboral, la pobreza y por supuesto las protestas sociales. En este panorama político, desde la UCR-PRO y la derecha de Basilef Ivanoff el objetivo es atacar a los movimientos sociales y no a los responsables políticos que generan el hambre y la pobreza, principales motivos que llevan a muchas personas a ser víctimas de estas redes de trata y prostitución.

Por eso el Partido Obrero es la única fuerza política que plantea el desmantelamiento de todo el aparato punteril y la universalización de planes sociales para terminar con estos intermediarios que administran la pobreza y utilizan los recursos del Estado para placeres de sus funcionarios.