Mujer

20/2/2021

Comienza el juicio contra el cura abusador Juan de Dios Gutiérrez

El 16 de Marzo es la fecha fijada para que comience el juicio contra este cura abusador oriundo de la ciudad de Belén, caso que ha tomado trascendencia nacional.

Este será el primero de los juicios que se abrirán contra los curas abusadores de la provincia, después de cientos de dilaciones y que la Iglesia en complicidad del Estado ha intentado dilatar lo más posible.

El caso de Juan de Dios Gutiérrez

En el 2015 el cura fue denunciado en la fiscalía de Belén por la madre de la víctima, una niña de 15 años la cual formaba parte del grupo de jóvenes que dirigía Gutiérrez. Gutiérrez fue detenido por este hecho y pasó 36 días en prisión, logrando después la libertad que se mantiene hasta la actualidad.

Debido a la trascendencia nacional y a la presión que se generó en este caso, la Iglesia se vio forzada a desplegar todas sus maniobras para garantizar la impunidad del cura. Cuando salió de prisión y regreso a la ciudad de Belén, la Iglesia organizo una peregrinación para recibir al abusador, esta caravana de “fe” paso por la vivienda de las víctimas y desde ese momento el hostigamiento contra la familia nunca ceso, por lo que tuvieron que mudarse a la capital provincial.

Posterior a ello, las movilizaciones y la constante exigencia de justicia pusieron en la discusión pública la situación preferencial que tienen los miembros de la Iglesia cuando son acusados. Recordemos un año antes de la denuncia a Gutiérrez, salió a la luz el primer caso de abuso eclesiástico en la provincia, el caso del cura abusador Renato Rasguido en Andalgalá y en el 2018 se sumaba el caso de Moisés Pachado, otro cura abusador de Belén. Todo esto demuestra que no son casos aislados y que la Iglesia en cada uno actuó en la protección de los abusadores.

Un accionar corporativo

En todos los casos la Iglesia Católica actuó en una línea de encubrimiento y hostigamiento a los familiares de las víctimas, en el caso de Gutiérrez el mismo obispo le ofreció dinero a la familia y luego mando una carta pidiendo que cese de la denuncia valiéndose de la religiosidad de la familia.

En el marco del proceso legal, la Iglesia puso a los mejores abogados defensores que se puede comprar en la provincia y acciono todas las palancas para que las dilaciones que proponían la defensa sean tomadas por la justicia. Es por ello que a 6 años de la denuncia recién en marzo comenzará el juicio.

Un Estado cómplice

El Estado en su conjunto es el protector de estos abusadores. Ya hemos hablado del papel que juega la justicia, pero el poder político es parte fundamental de toda esta red de impunidad, la relación carnal que tiene la cúpula de la Iglesia con los ejecutivos provinciales (en el pasado con Lucia Corpacci, hoy con Raul Jalil) hace que el estado constantemente subsidie los gastos que la Iglesia destina para garantizar la impunidad de los pederastas, manera que otorga un poder extraordinario de presión social mediante la asistencia que el Estado brinda y que la Iglesia distribuye a los sectores más postergados. Este aparato asistencialista termina siendo la base de sustentación para el ataque a las familias que denuncian.

El poder legislativo no hizo pronunciamiento alguno sobre los casos, oposición y oficialismo, Cambiemos y FdT son cómplices silenciosos de estos aberrantes hechos.

El cambio está en la lucha independiente de los derechos de la mujer

La marea verde y antes el Ni Una Menos han abierto una brecha con el control ideológico que  tiene históricamente la Iglesia sobre las mujeres y la sociedad en su conjunto. Las movilizaciones exigiendo justicia en Belén, Andalgalá, Tinogasta y la capital provincial, que enfrentan a la Iglesia y señalan a los curas, es un síntoma del progreso en la lucha contra la impunidad clerical.

El comienzo del juicio contra Juan De Dios Gutiérrez es el resultado de la incansable lucha de la familia de la víctima y de todos los que nos hemos movilizado en cada instancia.

Desde el Plenario de Trabajadoras y el Partido Obrero convocaremos a una manifestación el día del comienzo del juicio exigiendo cárcel al abusador.