Mujer

16/8/2023

¿Cómo defendemos el aborto legal de la amenaza antiderechos de Milei?

Retomemos el camino de la movilización.

Milei arremetió contra el derecho al aborto.

Javier Milei advirtió que, en caso de ganar las alecciones, buscará eliminar el derecho al aborto legal por medio de un plebiscito. Si bien no es posible derogar por esa vía una ley que fue aprobada por el Congreso, está claro que si el candidato de La Libertad Avanza llega al poder intentará avanzar contra esta conquista de la marea verde.

Frente a esta amenaza, cobra vital importancia retomar las asambleas y la movilización callejera, métodos mediante los cuales logramos que hubiera una adhesión mayoritaria a la causa de legalizar el aborto y arrancamos ese derecho, sobreponiéndonos al lobby clerical que encontró asidero en todos los partidos patronales. La revocación del fallo Roe vs. Wade en Estados Unidos revela que bajo este régimen social las conquistas son transitorias y que su defensa se dirime en el terreno de la lucha. Las declaraciones de Milei sobre este punto debe poner en alerta al conjunto del movimiento popular, ya que la prohibición del aborto es un recurso político de control social al servicio de la clase dominante en perjuicio de las mayorías. La tarea del momento es preparnos para enfrentar esta ofensiva.

El gobierno peronista, con su fracaso, no solo nos dejó en las fauces de este antiderecho, sino que además es responsable de que el ascenso de esta variante reaccionaria encuentre hoy a un movimiento de mujeres replegado. El oficialismo se ocupó de sacarlo de las calles luego de la sanción de la IVE, con el discurso de que con un ministerio feminista daría respuestas a todas sus demandas, cuando lo único que progresó fue el salario de las funcionarias que lo integran mientras que para las trabajadoras solo hubo ajuste y miseria.

El candidato derechista se monta en esa estafa del feminismo gubernamental para atacar el derecho al aborto y desacreditar la lucha de la ola verde. Sin embargo, las más perjudicadas si llega a derogar la IVE no serán las “mujeres gobernando” que pueden interrumpir su embarazo en lujosas clínicas privadas, sino aquellas de menos recursos, obligadas a abortar en condiciones inseguras, poniendo en riesgo su vida. En ese sentido, reviste un grave error si las y los trabajadores canalizamos la indignación con el gobierno votando a Milei, dado que su programa condensa un ataque a fondo contra nuestra clase.

El peronismo está desautorizado para hacer campaña contra Milei en nombre de “no perder derechos”, cuando ha sido artífice de sumir en la pobreza y la precarización laboral a amplias capas de la población, profundizó el vaciamiento de la salud y la eduación y restringió aún más el acceso a la vivienda y a los servicios básicos. Ahora bien, el recorte del gasto público por el 15% del PBI que promete Milei supone agravar todas esas problemáticas.

Para bloquear el acceso al aborto en caso de llegar al gobierno, el liberfacho tendrá a las iglesias como aliadas fundamentales. Aquí de nuevo el gobierno no hizo más que empoderar a estos reductos oscurantistas, otorgándoles cuantiosos subsidios gracias a los cuales fueron incrementando su ascendiente sobre la población. Con tal de obtener los favores del clero en materia de contención social, imprescindibles a la hora de aplicar un ajuste contra el pueblo, el peronismo fue reforzando los pilares ideológicos que alimentan el discurso antiderechos de Milei.

Con sus dichos en contra del aborto legal, Milei también busca disputarle una parte de la base electoral a Unión por la Patria, compuesta por pastores evangélicos y feligreses, cuya injerencia en el Estado e influencia en las barriadas populares el gobierno se ha ocupado de acrecentar. Un ejemplo ilustrativo es el de la intendencia de La Matanza, que creó la Secretaría de Culto para que sea manejada por representantes de Aciera.

Las declaraciones del candidato de la La Libertad Avanza constituyen una afrenta contra las mujeres y las diversidades, quienes debemos retomar el camino de la lucha para no volver a las muertes en la clandestinidad ni a la tutela estatal sobre nuestros cuerpos. No es permaneciendo en la quietud cómo vamos a disputar sentidos ni mucho menos defender nuestras conquistas, sino ganando las calles y organizándonos de manera independiente a todas las variantes capitalistas que nos hundieron y pavimentaron el ascenso de Milei.

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