Como en todo el país, en Neuquén se vivió jornada histórica que conquistó el aborto legal. Fue un día marcado por un fuerte temporal de viento. La convocatoria a marchar fue realizada por la Multisectorial de Mujeres y Diversidades, la cual concentró en el Monumento al Gral. San Martín, para luego marchar con destino a la catedral y a los Arcos Romanos, lugar donde se proyectó la sesión y se realizó la vigilia. En el interior se realizaron importantes concentración y pañuelazos en ciudades como Cutral Co y Plaza Huincul, Junín y San Martin de los Andes, Zapala y Chos Malal. En todas ellas, la presencia del PDT fue central.

En el paso por la catedral se realizó un acto donde se destacó el carácter independiente de la movilización, tanto del gobierno nacional, como del conjunto de las iglesias que representan un gran lobby contra los derechos de las mujeres y diversidades
Luego, en los Arcos Romanos, concentramos junto a organizaciones vinculadas o referenciadas en el gobierno nacional donde se permaneció hasta el final de la jornada. El Plenario de Trabajadoras, participó junto a compañeras y compañeros del Polo Obrero, estudiantes, docentes, estatales y de salud.

Conocido el resultado, el festejo y la emoción fue total. Es que se trata de un triunfo que tiene un alcance histórico para nuestro país y para el mundo. Una victoria contra el clero reaccionario, arrancado por la lucha del movimiento de mujeres que lleva 35 años y que tuvo su mayor auge en el 2018, enfrentado el oscurantismo y el gran negociado del aborto clandestino, el cual condena a las mujeres trabajadoras al padecimiento de mutilaciones y a la muerte. El gran desafío lo constituye la aplicación efectiva de la ley y nuestro objetivo de máxima, que es la separación de las Iglesias del Estado. Vamos por la plena implementación de la ESI laica y científica, contra la impunidad y protección gubernamental de los curas abusadores, contra el financiamiento y los negociados amparados por el poder a favor de estas instituciones reaccionarias. Como lo expresamos desde el Plenario de Trabajadoras, nuestros pañuelos verdes no se guardan, porque tenemos por delante una lucha titánica contra las restricciones incluidas en la ley que refuerzan los pactos con los partidos del régimen, los gobiernos, las iglesias de diferentes credos y las clínicas privadas que desde tiempos inmemoriales lucran con el aborto clandestino. Se trata de la objeción de conciencia, primero individual y ahora institucional, pedidos introducidos por sectores reaccionarios del clero que ejercen su influencia en la medicina privada, como así también en la educación.
Apelaremos a la movilización popular para impedir que los vínculos del gobierno con el clero avancen sobre esta conquista ganada en la calle que hoy festejamos y seguiremos defendiendo para impedir que se introduzcan nuevas limitaciones que devalúen esta conquista.

Es ley. Los ganamos en la calle.