En los últimos días trascendió que el recién asumido gobernador de la provincia de Córdoba, Martín Miguel Llaryora, degradará el Ministerio de Mujeres y Diversidades a una secretaría. Según se difundió la misma podrá estar bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Humano, comandado por Liliana Montero o bien ser parte de la estructura ministerial del Ministerio de Desarrollo Social que ocupará Laura Jure. Esta decisión política va en sintonía con la tomada por el presidente Javier Milei, quién mediante un DNU avanzó en el cierre del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad de la nación y constituye una nueva afrenta contra nosotras y nosotres.

Resulta que, mientras avanzan en el cierre de las dependencias encargadas de atender a nuestras demandas, las mujeres y diversidades son las más golpeadas por la crisis. La feminización de la pobreza es un enorme flagelo que se ha visto agravado en los últimos años como consecuencia del ajuste sobre el pueblo trabajador.El 70% de la población pobre en Argentina son mujeres,las mujeres ganan un 28,1% menos que los varones y la tasa de desocupación es mayor en mujeres.Todo esto constituye el caldo de cultivo para que avance la violencia.

En Córdoba son más de 16 los femicidios en lo que va del 2023 y en los últimos años se incrementó un 75% el uso de botones antipánicos. Lo que pone en evidencia que la lucha contra la violencia no se reduce a ponerle un rótulo de “perspectiva de género” a las políticas de ajuste. Por el contrario, bajo la dependencia de gobiernos ajustadores no hay posibilidad de combatir seriamente la violencia en sus múltiples manifestaciones, y menos aún cuando el objetivo real de la puesta en marcha de estas instituciones era cooptar al movimiento de mujeres y sacarlo de las calles, lo que pavimentó el ascenso de los sectores antiderechos.

Tal es así, que mientras las mujeres peregrinan por los pasillos de tribunales y comisarías las trabajadoras del polo de la mujer han luchado históricamente reclamando más personal y denunciando las condiciones precarias en las que se atienden a las víctimas. Cuadro que se verá agravado por este nuevo ataque al área, que ya se avizoraba teniendo en cuenta que el presupuesto provincial 2024 ya preveía una disminución real del 19,2% para género respecto al 2023. Mientras el plan motosierra de Milei, que el gobierno del Cordobesismo apoya, recaerá, todavía más, sobre las mujeres trabajadoras y acentuará un cuadro social que agudizará todos los flagelos que padecemos las mujeres y diversidades.

Así las cosas, resulta evidente que la salida no puede quedar en manos de funcionarias funcionales al ajuste de los gobiernos, que recortan presupuestos a medida del FMI. Al ajuste y la agenda reaccionaria del próximo gobierno la debemos enfrentar con un movimiento de mujeres independiente y de lucha para defender los conquistado y pelear por la agenda que aún tenemos que ganar. Frente a esto la Asamblea Ni Una Menos de Córdoba llama a todas las organizaciones sociales, políticas, sindicales y estudiantiles a retomar el camino del frente único y de la lucha.

Vamos por un Consejo Autónomo electo y con cargos revocables, un fuero judicial único especializado en violencia de género, con jueces y fiscales electos; un plan integral de asistencia que garantice vivienda, trabajo genuino y salario igual a la canasta familiar a las víctimas; la separación de la Iglesia del Estado y la defensa del derecho a la IVE, ESI y los derechos de las diversidades. Por la defensa de todos los puestos de trabajo del Ministerio de Mujeres y el pase a planta de todas las precarizadas.

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