El pasado viernes 4, en la localidad cordobesa de la Falda, detuvieron al subcomisario Ariel Daniel Zárate, quien se desempeñaba en la mencionada ciudad. Se le imputó la privatización ilegítima de la libertad de una joven de 21 años. Además de esto, en la carátula se le adjudicó robo y lesiones leves calificadas. El policía fue detenido y trasladado al Complejo Penitenciario EP9 donde aún perdura a disposición de la Fiscalía de Cosquín.

Este caso sufre múltiples agravantes. En principio que el susodicho habría desarrollado una proximidad a la joven desde sus 16 años, pero también una situación intrafamiliar que estaría signada por episodios a tener en cuenta.

Zarate es, además, el responsable de la investigación por el femicidio de Cecilia Gisela Basaldúa, investigación que cuenta con múltiples irregularidades. De hecho hay testimonios que implican al mencionado comisario en la desaparición seguida de muerte de la Basaldua. Tras varios meses de dilación es claro que hay una nula disposición estatal para avanzar en la causa.

Se trata de un caso que ha calado hondo en la sensibilidad del movimiento de mujeres, donde el accionar de la policía y la complicidad de la Justicia que dejaron al desnudo la responsabilidad del gobierno de Juan Schiaretti.

En este marco, se refuerza la importancia de la lucha del movimiento de mujeres para garantizar que el protocolo de búsqueda se aplique de manera inmediata cada vez que una mujer desaparece, y para que no queden impunes los crímenes ya consumados.

El caso de Cecilia, y este nuevo caso por el que se lo acusa a Zárate, ponen sobre la mesa la descomposición de la policía y, por supuesto, del Poder Judicial; así como la falta de respuestas por parte de quienes gobiernan.

Es urgente la exigencia de todo el movimiento de mujeres por la separación de Zárate y todos los policías que han entorpecido la investigación por el femicidio de Cecilia Basaldúa, así como todo el apoyo a la denuncia realizada por la joven que sufrió la privación de su libertad por el subcomisario para que se haga justicia.

Vamos por la organización independiente de las mujeres y las disidencias en oposición a la miseria impuesta por este régimen social de explotación. Ni una menos, vivas y libres no queremos, el Estado es responsable.