Mujer

27/3/2018

Córdoba: marcha “por la vida” de la iglesia es la defensa de la muerte por aborto clandestino

En el marco de una jornada nacional convocada por la iglesia católica y por diferentes ONGs pro vida vinculadas  a aquella, y en el “Día del Niño por Nacer” tuvo lugar este domingo en Córdoba la marcha titulada “por la vida”. La jornada, pese a las versiones disimiles en cuanto a la concurrencia, dependiendo de las fuentes, no nucleó a más de tres mil personas, y en su mayoría asistieron militantes católicos de diferentes parroquias y congregaciones de la provincia. 


La jornada encabezada por el arzobispo Monseñor Ñáñez y otros sacerdotes de toda la provincia, contó también con la presencia Aurelio García  Elorrio, legislador provincial por el partido Encuentro Vecinal Córdoba, quien es además fundador del Portal de Belén "Hogar para la mamá sola", del programa Nazaret y la Red Federal de Familias. Además entre personalidades destacadas estuvo presente Doña Jovita, el personaje de José Luis Serrano, quien subió al escenario para entonar algunas canciones en apoyo al reclamo de los manifestantes. 


Durante la marcha, que coincidió con la celebración del inicio de Semana Santa, se repartieron ramos de olivo con la leyenda impresa “Vale toda Vida”, asimismo la columna se llenó de carteles con bebes y frases como:"Tengo 8 semanas de vida. Quiero nacer. Mi vida está en tus manos", "Sí a la vida, no al aborto" entre otras, y fue saludada a su paso por las campanadas de la Basílica Santo Domingo.  


Sin perjuicio de que la jornada no pasó de configurarse como una peregrinación del fanatismo religioso, resulta claro que la iglesia con esta iniciativa salió al cruce de una  monumental embestida del movimiento de mujeres, que no solo logró imponer el debate en el Congreso respecto a la legalización del aborto, sino fundamentalmente ganar la conciencia de una mayoría popular que lo entiende como una necesidad vital para evitar las cientos de muertes de mujeres pobres por la práctica clandestina, en un fuerte cuestionamiento a los designios oscurantistas de la institución católica.


La iniciativa que incluso fue motivo de charlas y notas a padres en colegios profesantes obtuvo una escasa convocatoria que contrastó abiertamente con la masividad de las marchas de mujeres desarrolladas en la provincia, particularmente con la del último 8 de marzo que llevó como consigna central el aborto legal. Esto no es extraño, si se tiene en cuenta la publicación de encuestas que afirman que más del 65% de la población cordobesa está a favor de la legalización. La marcha “pro vida” fue convocada por la misma ONG Portal de Belén que, mediante un recurso de amparo, hace seis años bloquea la aplicación del aborto no punible, auto arrogándose la representación de todos los niños por nacer de la provincia, con el aval del Tribunal Superior de Justicia y el gobierno provincial, y en violación palmaria al Fallo FAL/2012 de la Corte Suprema.  


A nadie se le escapa tampoco, que el reclamo de la institución católica a los 18 diputados cordobeses para que “se constituyan en Córdoba para escuchar el mensaje antiaborto" realizado en el cierre de la marcha, ha sido bien oído y aprendido por los diputados de Unión Por Córdoba, firmantes del proyecto antiaborto presentado en el Congreso, entre ellos Alejandra Vigo, esposa del gobernador Juan Schiaretti. Pero también por los bloques patronales opositores de la legislatura provincial que jamás se han expedido respecto a los múltiples reclamos de aplicación inmediata del aborto no punible, pero sí han refrendado la reforma educativa que habilita la injerencia de la iglesia en las escuelas. El cinismo y la hipocresía de la comunidad eclesiástica que caracterizó la convocatoria como “ecuménica y apolítica” salta a la vista. 


A poco menos de una semana de comenzado el debate en el Congreso la iglesia intenta poner en pie una contraofensiva. Esta institución que jamás adhirió a ningún reclamo en defensa de las garantías laborales por maternidad y ningún derecho de las mujeres, que es encubridora serial de curas pederastas, que avaló un verdadero genocidio durante la última dictadura militar, y fue cómplice de la apropiación de cientos de bebes, se arroga la defensa de la vida, cuando es claro que lo único que defiende es la muerte por aborto clandestino. Llegamos a esta instancia imponiendo el debate sobre el aborto en el Congreso. La movilización es el camino que debemos redoblar hasta su efectiva legalización, pero también por la separación de la iglesia del Estado para romper con años de oscurantismo y opresión.