Este viernes, 10 de junio, se reanudó el juicio por el femicidio de Cecilia Basaldúa. El proceso judicial había sido reprogramado, el pasado 19 de mayo, tras que la abogada de la familia, Daniela Pavón, aportara nuevas pruebas que pusieron de manifiesto las múltiples irregularidades en la investigación.

Resulta que en lo que debía ser la última jornada de testimoniales, Pavón dio a conocer una denuncia del 15 de mayo del 2020 (20 días después del hallazgo del cuerpo), en la cual propietarios de una vivienda cercana al basural donde fue encontrada sin vida Cecilia establecían que al volver a su casa, luego de estar ausentes por el aislamiento social y preventivo, encontraron la cerradura violentada y manchas de sangre en un colchón. Situación que quedó asentada en la comisaría de Capilla del Monte, pero por la cual la fiscal Paula Kelm nunca solicitó que las pruebas se sometieran a ADN, por lo que la querella pidió el cotejo de ADN con varias personas y la incorporación de los informes técnicos.

En efecto, el día de la fecha se dio a conocer los resultados de los análisis que se hicieron. Lamentablemente y como era de esperarse, frente a una fiscalía que establece todo tipo de estrategias para garantizar el encubrimiento y la impunidad de los verdaderos responsables, las pruebas de sangre no sirven para ser cotejadas por estar deterioradas, algo que es consecuencia del mal desempeño de la cadena de custodia. Es por esto que la perito de parte de la familia pidió ampliaciones e incluso la posibilidad de volver al lugar para ver si se puede recoger algún vestigio biológico que si se pueda analizar.

Por otra parte la justicia hizo lugar al pedido de la defensa de Lucas Bustos, único imputado en la causa, sobre el cese de la prisión preventiva, por lo que le otorgaron la libertad. El pedido había sido realizado por la abogada defensora, Claudia Brandt, ya que han pasado más de dos años de su encarcelación y la instrucción ha sido radicalmente deficitaria. Esta situación da cuenta de que no hay pruebas que incriminen a Bustos, lo que abona al planteo de que se trata de un perejil.

Frente al operativo de encubrimiento llevado adelante por el poder judicial y la policía que interviene en el caso, no hay dudas que la conquista de verdad y justicia para Cecilia vendrá de la mano de la organización y la movilización independiente. Hacia el 1 de julio, día en que se reiniciará el juicio, desarrollemos iniciativas de lucha para exigir el esclarecimiento de este femicidio y desarticular el entramado de impunidad que opera desde el Estado. Destitución de Paula Kelm por imcuplimiento de sus funciones. Vamos por jueces y fiscales electos con cargos revocables y un fuero especializado en violencia de género. Verdad y justicia para Cecilia, ni una menos el Estado es responsable.

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