Mujer

5/4/2018

El caso Ana María Acevedo y la lucha por el aborto legal

Entrevistamos a Norma Cuevas, mamá de Ana María.

De cara a la movilización del 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, tuvo lugar un plenario en Reconquista con familiares de víctimas de impunidad, delegadas obreras de base y el Plenario de Trabajadoras. En la reunión tomamos conocimiento del estancamiento de la causa por el crimen de Ana María Acevedo y el intento de cerrarla, según se enteraron Norma Cuevas y Aroldo, padre de Ana María y pareja de Norma, cuando fueron convocados a los Tribunales de Vera  en noviembre de 2017. En la audiencia, rechazaron la opción de cerrar el caso que les planteó el juez Carlos Renna.


Ana María Acevedo murió en 2007, con 20 años, luego de que los médicos que intervinieron frente a su cáncer le denegaran el tratamiento porque atravesaba un embarazo incipiente. Ana María ya era madre de otros tres niños y vivía en la precariedad de un hogar de barro en las periferias de Vera, en el norte de Santa Fe. 


Hablamos con Norma, su mamá, cuyo testimonio es un alegato irrefutable de la necesidad de que el aborto sea legal en nuestro país.



El caso


Cuando Ana María Acevedo tenía 19 años, había iniciado un tratamiento odontológico por un dolor en una muela. A fuerza de insistencia y presentaciones legales, su madre, Norma Cuevas, logró que la derivaran a la capital santafesina para que la atendieran dada la persistencia del cuadro. Primero, la atendieron en el hospital José María Cullen donde diagnosticaron un diagnóstico más grave: Ana María tenía cáncer. Tras este diagnóstico, la derivaron al Hospital Iturraspe, donde debía comenzar el tratamiento contra el cáncer.


Mientras aguardaba el inicio de este tratamiento transcurrieron al menos dos meses, lapso en el cual nuevos análisis arrojan que Ana María había quedado embarazada y que atravesaba un embarazo de cinco semanas. Su familia decidió emprender la lucha por la interrupción legal del embarazo para poder iniciar el tratamiento oncológico, pero chocó con la negativa de los médicos “objetores de conciencia” del Hospital Iturraspe.


-¿Cómo fue el recorrido clínico de Ana María?


-La historia de mi hija empezó el 1° de mayo de 2006, cuando se sacó una muela. A los cinco meses, al no tener mejoría, me acerqué al Hospital de (la localidad de) Vera para pedir el traslado a Santa Fe. Allí, en el Hospital Cullen, la operaron a fines de octubre (para sacarle la muela NdR) y para el 5 o 6 de noviembre nos enteramos que tenía cáncer (…) luego la derivaron al Hospital Iturraspe para que le hagan quimio y rayos (…) nos mandaban a la casa y nos decían que volviéramos cada 15 días, así nos tuvieron dos meses. En ese tramo en que íbamos y veníamos, ella quedó embarazada y cuando fue a hacer la quimio descubrieron un embarazo de 15 días, no le quisieron sacar el embarazo y  dejaron avanzar el embarazo y la enfermedad de ella.


-¿Cómo fue desde la extracción de la muela hasta que detectaron el cáncer? ¿Qué pasó en ese tiempo?


-Fueron cinco meses, desde mayo a noviembre. A ella le dolía la muela y fue a pedir atención (…) Tuve que poner un abogado para llevarla a Santa Fe. Pude hacerlo a fuerza de abogados. En el (hospital) Cullen, todo bien y a los 15 días fue que le detectaron que tenía el sarcoma. Ella fue a sacarse los puntos, y a medida que se los sacaban, el médico le dijo que tenía cáncer, así que la iban a mandar a otro hospital para que le hagan rayos y quimio para hacer el tratamiento.


Aborto no punible


El Comité de Bioética del Iturraspe, integrado mayormente por especialistas y, según nos cuenta Norma, que en ocasiones contaba con la presencia de sacerdotes, fue el que desestimó el pedido de la interrupción del embarazo para que Ana María pudiera recibir rayos. Estos médicos decidieron llevar el embarazo hasta el quinto mes de gestación, para realizar un parto adelantado y recién entonces empezar  el tratamiento contra el cáncer. Se llegó a saber que esperaba una niña, pero a los días de realizarle la cesárea, murió. Y veinte días después, el 17 de mayo de 2007, también fallecía Ana María Acevedo.


La mamá de Ana María da cuenta de los numerosos pedidos de parte de la familia para que le dieran la posibilidad de vivir a su hija. Pero  tanto las autoridades del hospital, como el gobierno provincial  a cargo de Jorge Obeid,  desoyeron sus reclamos. 


-¿Qué sucedió con los médicos cuando se enteraron de que estaba embarazada?


-En noviembre de 2006, ellos reciben la historia clínica de Ana y ven las posibilidades del tratamiento. En ese momento ella no estaba embarazada, fue en el período que nos hacían ir cada 15 días. Unos días antes de las fiestas de diciembre, la llevé porque ella ya tenía fiebre, cuando le iban a hacer la quimio, le hicieron los análisis y salió que estaba embarazada.


A mí no me lo dijeron (…) ahí fue que pregunté (…) qué había pasado (…) y me dijo del embarazo y que no le iban a poder hacer quimio, o quizá que le saquen el embarazo para poder hacer la quimio y los rayos (…)  Salí de ahí y fui a hablar con los doctores y les pedí que la inyectaran, que le hagan un raspaje, quería evitar ese embarazo, no porque no quisiera a esa criatura, sino para que mi hija pudiera seguir el tratamiento. Ella no estaba sola, tenía tres hijitos para cuidar. Si le hubieran hecho el raspaje, ella hoy estaba bien. A mi hija la mataron  poquito a poco, en un año y nueve días…desde que le sacaron la muela, hasta el final en que ella cayó.


-O sea que ella, en ese momento, si comenzaba el tratamiento, tenía posibilidades de recuperación…


-Sí, porque no era cáncer en los huesos (de la mandíbula) sino en el tejido de la boca, que con los cinco meses que pasaron de la extracción, había un huesito que se movía, que juntó pus y sangre y eso se le convirtió en cáncer.


-¿Vos habías solicitado  una ligadura de trompas después del nacimiento del tercer hijo de Ana María?


-Sí, en 2005. Cuando estuvo en el  Iturraspe me pidieron que le hicieran ligadura (…) porque no podía tener más hijos porque tenía sangre negativa. Entonces, pedí todos los papeles para la ligadura y lo envié a Santa Fe, porque (…) ella era menor (…) Los jueces me firmaron todo para hacerle la ligadura (…) pero como una doctora se negó fue que no se la pudieron hacer. No me explicaron por qué, nada.


-¿Cómo te enteraste que podían solicitar el aborto terapéutico, que tenían ese derecho?


– Yo iba a unos cursos médicos en los comedores de los barrios, venían agentes sociales de todos lados y nos enseñaban sobre enfermedades, y ahí nos explicaron sobre este tema. Cuando ella quedó embarazada, me vino a la memoria todo eso.


-¿Qué pensás del aborto legal?


-Yo lo que quiero es que sea ley y que la hagan cumplir. Es una salvación de vida. Porque en el caso de mi hija, los curas no tenían que ponerse en contra. Mi hija era católica, era promesera de la virgen de Itatí, pero al verla sufrir así, con más razón tenían que haber hecho algo para salvar la vida de ella.


Resurgimiento y continuidad de la lucha


La participación de Norma Cuevas encabezando la marcha de mujeres en Reconquista el pasado 8 de marzo fue clave para el resurgimiento de la lucha por justicia por Ana María. El caso, que es reconocido a nivel mundial por el grado de tortura a la que fue sometida Ana, es sin  embargo escasamente conocido en el norte de Santa Fe por presión de los grupos mediáticos y el lobby de la Iglesia Católica, en ese entonces representada por el Obispo Rubén Martínez, hoy también imputado en el caso. 


Aún falta resolverse el pedido  de elevación a juicio que debe pronunciar la Cámara Penal tras la audiencia de junio de 2016, ya que los médicos apelaron. Estas demoras hacen sospechar a Norma de las intenciones de que realmente se resuelva.


¿Cuál es el estado de la causa?


-La causa está frenada y no sé por qué, si es porque se arregló con las abogadas, o con los doctores, o con el gobierno o con la Iglesia…no sé. Hace diez años que tenían que estar presos todos.  Yo tampoco quería tener la plata, yo lo que quería es que se haga el juicio. Y me dijeron que acepte, hasta que llegue el juicio civil (por la tenencia de los hijos de Ana), y el juicio penal. Pero ninguno de los dos, llegó (…) Yo les dije que el perdón no les podía dar, porque le hicieron a mi hija no hay perdón ni olvido.


Las responsabilidades


Aun después de su muerte,  intentaron esconder el pedido de aborto terapéutico, mencionando en reiteradas oportunidades el analfabetismo de Norma para desestimar su lucha y exculpar las responsabilidades médicas, políticas y clericales en el femicidio de Estado de Ana María. La única respuesta, fue  separar del cargo al entonces director del Iturraspe, Andrés Ellena, cuya actuación sin embargo continúa impune.


La Multisectorial de Mujeres de Santa Fe fue la que acompañó a la familia Acevedo en distintas acciones y logró la imputación de los médicos, como así también que el gobierno del entonces gobernador Antonio Bonfatti   procediera al pedido de “Disculpas y Reparación Histórica Post Mortem”, por el cual el Estado provincial asumió los “errores” en el caso de Ana María Acevedo.


El reconocimiento del gobierno provincial respecto de las responsabilidades estatales en la muerte de Ana María incluía una reparación económica de $1 millón de pesos para la familia, pero Norma sospecha que fue una medida para comprar el silencio de ellos.  Del total acordado, solamente se les entregó 450 mil pesos, dinero que alcanzó para hacer una habitación más en la casa de los Acevedo, una camioneta usada y  herramientas para la producción de ladrillos, de lo que vive la familia Aún está pendiente la causa de la tutela legal de los tres hijos de Ana.


Por el derecho a la vida de la mujer


El caso de Ana María Acevedo, deja algunas conclusiones, entre ellas, que a 11 años del asesinato de Ana María el perverso  mecanismo de la "objeción de conciencia" sigue estando por encima de los derechos de las mujeres a acceder a los abortos no punibles,  un derecho que está garantizado por la Constitución Nacional, en los casos de riesgo de vida o salud de la madre, y por violación.


Con miles en las calles, pañuelazos y marchas para defender la legalización del aborto en nuestro país, la historia de  Ana María Acevedo nos convoca a continuar la lucha para exigir al poder judicial que avance en el juicio y castigo a los responsables materiales, políticos y clericales de su muerte. El pedido de justicia debe llegar también a los responsables políticos como lo demuestra el hecho de que el Dr. Ellena (miembro del Comité de Bioética y cuadro católico) había sido nombrado por el gobernador Carlos Reutemann del PJ, luego sostenido por Jorge Obeid y ratificado en su momento por Hermes Binner, del Frente Progresista, hasta que la denuncia del movimiento de mujeres impuso la separación de su cargo por estos hechos.


Exigimos


¡Justicia por Ana María Acevedo!


Educación Sexual para decidir, Anticonceptivos para no abortar, Aborto legal para no morir.