Mujer

18/8/2005|913

El debate del aborto

El boom de la maternidad infantil y adolescente y el mayor contagio de las mujeres de VIH Sida, sumados a las 500 muertes anuales por año por abortos clandestinos, hacen estallar en la sociedad el escándalo del colapso de la salud sexual y reproductiva sobre las mujeres pobres.


Tras el fracaso de la aplicación de las leyes de salud sexual y reproductiva, basadas sólo en anticoncepción y donaciones de anticonceptivos, sin disponer un peso del presupuesto nacional. Es decir, sin planificación ni verificación de aplicación y resultados; sin campañas públicas, sin nombramientos de personal interdisciplinario, sin equipamiento médico y sin su extensión a todo el país y a las barriadas más humildes.


Mientras tanto, mantienen la prohibición del derecho a la educación sexual y del derecho al aborto.


Por todo esto se instala ahora en la sociedad el reclamo de las mujeres y las organizaciones de lucha, por sobre todos los tabúes y los prejuicios: anticonceptivos gratuitos para no abortar, y aborto legal y gratuito para no morir.


Está instalado entonces en la sociedad el debate sobre el derecho al aborto, porque es el último recurso cuando fallan todos los demas: la anticoncepción, los preservativos, la educación sexual y la justicia. Lo que está ocurriendo ahora.


Los dos últimos años de inacción del gobierno kirchnerista, de sus gobernadores y de los diputados oficialistas y opositores dentro del sistema, en acuerdo con el clero, han cambiado en el debate de la sociedad el orden de las premisas: derecho al aborto legal y gratuito y anticonceptivos gratuitos para no abortar.


La culpabilización de sus víctimas, las mujeres, por las consecuencias de estas fallas institucionales, antepone la despenalización de las mujeres pobres, porque las que tienen recursos pueden abortar sin riesgos físicos ni legales.


Más del 60% de la población se pronuncia en todas las encuestas por el derecho al aborto.


Contraataque


Clarín (25/7) ha dedicado dos notas en su página central: a dos psicólogos chilenos que plantean que el consenso en cuanto al derecho al aborto, puede lograrse sobre la base de la diversidad y la capacidad de actuar de cada uno como pleno agente moral.


Poco y nada puede hacer la moral individual sometida a la inmoralidad del sistema capitalista y clerical.


El 1/8, desde esa misma página central, el presidente del PDC, Carlos Traboulsi, le contesta al progresismo “para que el aborto nunca sea una opción, es un asesinato lisa y llanamente. No hay consenso entre idiomas diferentes”.


Imponer “el idioma” y arrojar a las mujeres al mar atadas a una piedra, como Bergoglio y la dictadura militar.


“Es el Gobierno el que debe establecer una escala de valores y principios irrenunciables sobre la bioética personalista: el primer y universal derecho es el derecho de una persona a nacer. El único derecho es del nonato, que no puede defenderse, como reconoce nuestra Constitución nacional.”


Quiere decir que el gobierno debe imponer a las mujeres la maternidad forzada, mientras los patrones utilizan la maternidad como causal de despido, y el capitalismo les niega a los ya nacidos la existencia como personas sobre el nivel de pobreza e indigencia.


“Una minoría de pequeños sectores con poder de lobby y con claras intenciones políticas quiere usurparle la legitimación a (los representantes de) la sociedad quitándole la legitimidad para actuar en defensa del nonato.”


La única que defiende al hijo por nacer y al ya nacido es la mujer. El capitalismo los somete a la desnutrición desde el vientre materno, y luego al trabajo infantil, la pedofilia y la prostitución.


Las mujeres y las clases explotadas son las únicas mayorías. La minoría son el 10% que se queda con el 75% del PBI, sus funcionarios políticos y la jerarquía eclesiástica. Estos son los lobbys que detentan el poder.


Sólo la mujer, dueña de su útero, puede decidir si su maternidad es posible o no.


“La sociedad debe tener bien en claro que, para evitar homicidios de personas no nacidas, se requiere de una intervención adecuada del Estado.”


El 60% de la sociedad está por el derecho al aborto en todas las encuestas. Así como más de la mitad de la población está por debajo del nivel de pobreza: ganan menos de 500 pesos.


Y ahora viene un poco más de bla-bla-bla, por si nos pareció poco democrático.


“El Gobierno (en nombre del Estado), debe fijar pautas a través de políticas poblacionales, de salud y educación integrales, contención a las mujeres y de ayuda activa a éstas y al grupo familiar que permitirían menor cantidad de embarazos no queridos y la disminución notable del riesgo de muerte por abortos clandestinos.”


Con la ayuda y la bendición de Bush padre


Se desató la siguiente polémica en Estados Unidos. Clarín del 3/8 informa que Bush se ha pronunciado a favor de que en las escuelas se enseñe la teoría del “diseño inteligente”, la versión cientificista de las doctrinas religiosas sobre el origen de la vida, llamadas “creacionistas”. La vida ha sido creada por Dios (Dios hizo el “diseño inteligente”).


Veinte de los cincuentas estados yanquis discuten ahora si la orden de Bush viola o no la prohibición constitucional (de Estados Unidos) de que el Estado tiene prohibido promover la religión. “Porque una cosa es enseñar religión y otra cosa es predicar religión”. Sobre todo para contrarrestar la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin, “piedra angular de la biología, que sostiene que todas las especies (incluida la humana) evolucionaron de un ancestro común, según el estudio de restos fósiles”.


Como protestante cristiano y primer imperialista, Bush sostiene que “nuestra nación ha sido escogida por Dios”, tanto como sostiene que para evitar el Sida hay que practicar la abstinencia, y que hay que defender la vida desde la concepción prohibiendo el aborto y la compra de anticonceptivos y preservativos para los pobres. Todo Estado debe ahorrar en gasto público.


Los gorilas vernáculos ya pueden imponer su “lenguaje” – “moral” reaccionario y machista, pueden predicar con Bush para mantener el orden establecido: la explotación del hombre por el hombre y la opresión de la mujer.


En la Argentina, como en Irak, que siga el infanticidio.


Vamos por una alternativa obrera y socialista en el parlamento. Luchemos por el derecho a la vida.