Mujer

7/11/1995|472

El ‘Encuentro Nacional de Mujeres’ se radicaliza

Del 19 al 21 de agosto, en San Salvador de Jujuy, se realizó el décimo Encuentro Nacional de Mujeres. Participaron alrededor de 6.000 mujeres, se trabajó en talleres (comisiones) sobre más de 20 temas (mujer y trabajo, familia, salud, educación, sexualidad, mujer rural, juventud, mujer y poder, aborto, etc.). Durante el sábado a la tarde y el domingo, en dos sesiones, se debatió en los talleres analizando la situación de acuerdo a cada problemática y elaborando conclusiones, que luego fueron expuestas en la última jornada, leídas por miembros de cada comisión y sintetizadas en un afiche  por taller.


De las conclusiones, a pesar de la diversidad de los temas tratados, se destacaron: el apoyo al paro del 6 de setiembre, convertirlo en una jornada de lucha, etc., en el 85% de los talleres. La denuncia de la desocupación y el planteo de la reducción de la jornada laboral con igual salario, contra la flexibilidad laboral, fue una conclusión de todas las comisiones que trataron el tema. La denuncia de la represión a la juventud, de la droga y el narco-tráfico como método de sometimiento, de la represión y regimentación a los jóvenes. El reclamo de derogación de la Ley Federal de Educación y de Educación Superior.


El genocidio que significa la muerte de más de 400 mujeres al año, producto de los abortos clandestinos en malas condiciones sanitarias, la indefensión a la que son sometidas las mujeres al someterse a la práctica del aborto sin ningún tipo de cobertura sanitaria ni legal, fueron las causas para seguir reclamando (otros encuentros y muchas organizaciones de mujeres vienen luchando por esto) la despenalización del aborto; educación sexual, anticonceptivos gratuitos para no abortar y aborto legal para no morir.


También fueron importantes los planteos de las compañeras aborígenes, que denunciaron la situación de postergación social a la que son sometidas, la expulsión de sus tierras, que continúa hoy. Reclamando el respeto a su cultura, la devolución de las tierras que le permitan vivir dignamente, la solidaridad con el pueblo de Chiapas y un profundo análisis de la situación de los pueblos aborígenes en toda Latinoamérica.


En el taller de mujer y salud (del que participé), se analizó la crisis de los hospitales, que en la mayoría de las provincias están arancelizados; la destrucción de las redes de promoción sanitarias (agentes de salud de La Quiaca, que realizaron todo el plan de control del cólera, está ahora con contrato precario); en salud mental se constata la absoluta falta de recursos para llevar adelante experiencias nuevas, que han sido exitosas y que permiten terminar con el viejo concepto de aislar al enfermo mental de la sociedad.


Con respecto al Sida y a las enfermedades de transmisión sexual, vimos que aumentan, producto de la total falta de campañas de educación y difusión, las que no se realizan producto de la injerencia de la Iglesia católica en la educación y en los medios de comunicación.


Las enfermedades —producto de la pobreza— están en aumento (tuberculosis, chagas, etc.) y ahora aparecen enfermedades propias de la desocupación: cardiopatías, estress, depresiones que hasta llevan al suicidio.


En este taller nos pronunciamos contra la autogestión hospitalaria (decreto 578/93), que destruye el hospital público. Por la despenalización del aborto; que la fecundación asistida, así como la anticoncepción, se realicen en los hospitales públicos y obras sociales.


Por campañas de educación sexual y de prevención del Sida y enfermedades de transmisión sexual, por los medios de comunicación,  las presentes nos comprometimos a ser difusoras en nuestros lugares de residencia.


Con respecto a la desocupación, promover las comisiones de desocupados que den contención social y sean un instrumento de reclamo. Reducción de la jornada laboral para ocupar más mano de obra.


El domingo a la tarde, se realizó una marcha por toda la ciudad con consignas contra el gobierno de Menem, de Palito y de Bussi. Una de las consignas más cantadas fue: “Mujeres del encuentro por el paro nacional”.


Al finalizar la marcha, se eligió la sede del encuentro del año próximo; hubo un intento de las delegaciones de los municipios del conurbano (especialmente Lanús y Quilmes) de que la futura sede fuera Quilmes o La Plata (lo que se veía como un intento del duhaldismo de copar el encuentro), lo que fue respondido desde la tribuna con el cántico “Duhalde, Duhalde botón…”. Finalmente se eligió Capital Federal, con el apoyo de la gran mayoría de las presentes; el argumento principal para elegir esta sede fue el de hacerse oír allí donde está el centro político del país.


El Encuentro Nacional de Mujeres se viene realizando desde hace 10 años, a partir de una Conferencia internacional en la India. Por su concepción es policlasista y multisectorial, y se puede participar con el solo hecho de ser mujer. Pero en el desarrollo concreto de los encuentros ha ido tomando posiciones reivindicativas, y en los últimos tiempos, ha tomado un carácter netamente antigubernamental.


La participación del Décimo Encuentro muestra, primero, la necesidad de organización y centralización que existe en muchas organizaciones de base y grupos que realizaron grandes esfuerzos para vencer las dificultades económicas que significó ir hasta Jujuy. La composición era, en su gran mayoría, de luchadoras gremiales, sociales y barriales, y algunas pocas concejales y diputadas provinciales del interior, que han presentado proyectos de promoción de la mujer o despenalización del aborto que nunca fueron tratados.


La organización estuvo a cargo de las mujeres de Jujuy, de distintos gremios y organizaciones intermedias (cultura, barrios, grupos de autoayuda de mujeres). Ninguna de las presentes en el Encuentro formó parte de la delegación oficial a Pekín, la que representó no los intereses de las mujeres argentinas, sino los de Menem y el Vaticano.


El Encuentro de Mujeres es un espacio autoconvocado, de debate e intercambio; su límite, que aunque se debatió no se llegó a superar, es que las conclusiones son llevadas adelante o levantadas como consignas por las mujeres que participaron, en sus lugares de vivienda y trabajo de acuerdo a su voluntad y posibilidades, sin volver a ser debatidas o centralizadas hasta el próximo año.


La delegación de mujeres que fuimos de Avellaneda, realizamos un Encuentro posterior y nos planteamos comenzar a superar esto. En esta vía, realizamos una jornada de agitación y propaganda el 28 de setiembre, día de la lucha por la despenalización del aborto.