La comisión organizadora del XXVII Encuentro Nacional de Mujeres se encargó de entregar la coordinación de los talleres al kirchnerismo y al oficialismo local.

Garantizó medianamente las cuestiones domésticas del evento y resignó los espacios de discusión política. También se ocuparon de desalentar cualquier discusión previa de la violación de derechos humanos en Misiones, que afectan doblemente a las mujeres.

Las coordinadoras fueron “capacitadas” por la vicedecana de la Facultad de Humanidades y un grupo de referentes que responden al oficialismo. Al frente de la coordinación de uno de los talleres de Derechos Humanos se encontraba la Subsecretaria provincial de ese área, Amelia Báez. “En Misiones se puede protestar y nadie te molesta” se animó a afirmar una de sus funcionarias, desconociendo que, en la provincia, cerca de 100 luchadores sociales están perseguidos por la justicia.

Veintiún mujeres formaron parte de la comisión organizadora, la gran mayoría del PCR y la CCC o vinculadas a estos espacios. Durante el año previo, se encargaron de desplazar a cualquier sector o espacio que quisiera o pudiera aportar una agenda política distinta.

Debido a esta política de alianza con los oficialismos y una deficiente instalación del Encuentro en la ciudad, hoy le queda a Posadas la radicalización de las críticas de sectores conservadores que concentran sus miradas en las pintadas y los supuestos destrozos. Situación que también le sirve a la comisión organizadora para no hablar de la incidencia de los oficialismos local y nacional en el corazón de los encuentros: los talleres, la coordinación de los mismos.