Mujer

14/11/2018

El Operativo Aprender pone en evidencia la necesidad de la ESI laica y científica

Los resultados del Operativo Aprender 2017, que encuestó a trescientos mil alumnos y alumnas de la escuela media de todo el país, dan cuenta de las consecuencias que genera la ausencia de educación sexual y de derechos sexuales y reproductivos para las mujeres, especialmente para las más pobres.


Según el relevamiento, el 5% de las mujeres que cursan el último año de la secundaria son madres o están embarazadas. El embarazo y la maternidad se traducen en peores resultados académicos: solamente el 11% de las mujeres madres o embarazadas tienen un desempeño académico satisfactorio. Según un informe publicado un mes atrás por la ONU, en Argentina la cantidad de embarazos adolescentes se ubica en 68 por cada 1000, muy por encima del índice para las regiones menos desarrolladas. También superan el promedio los índices de muerte materna y la falta de uso de anticonceptivos “modernos”.


En momentos en que la Iglesia católica desarrolla una fuerte ofensiva contra la educación sexual laica y científica, al pretender que la misma sea enseñada bajo criterios religiosos –es decir, anticientíficos y opresivos– es necesario poner de manifiesto la importancia de que incluso sus contenidos básicos como el uso adecuado de métodos de anticoncepción y el funcionamiento del sistema reproductivo, sean desarrollados y trabajados en la escuela, con los alumnos varones y alumnas mujeres. Más aún, los datos que vuelva el operativo Aprender demuestran la necesidad de una educación sexual que sea una herramienta que aporte elementos para la defensa de los derechos de las mujeres, para que las más jóvenes conozcan sus derechos y puedan hacerlos valer, como acceder a la anticoncepción de manera gratuita hasta poder detectar y denunciar abusos y decidir qué relaciones sexuales desean mantener y cómo.


La ausencia, límites e insuficiencia de la Educación Sexual en las escuelas es absoluta: el 83% de las encuestadas demandó más ESI y el 82% que en las escuelas se trate la violencia de género.


Pero el operativo Aprender demuestra algo más: que la opresión y desigualdad de la mujer parten de las instituciones estructurales del régimen social. Según el Aprender, casi el 70% de las mujeres se dedica siempre o muchas veces a las tareas domésticas y casi el 40%, al cuidado de familiares. Lógicamente, ello se expresa de manera negativa en su aprendizaje escolar. En todos los casos, los números superan hasta duplicar a los varones que son padres o se ocupan de tareas del hogar o familiares.


La secretaria de Evaluación Educativa, Elena Duro, dijo que esas diferencias entre varones y mujeres no deberían existir. Lo que no debiera existir es el embarazo adolescente, los abusos sexuales y la maternidad forzada, para además, librar a las mujeres de la responsabilidad de las tareas del hogar. Pero para que no existan es necesario que la ESI se aplique sin distinciones en todas las escuelas del país independientemente de su pertenencia ideológica o “ideario institucional”; el acceso a anticonceptivos; que se legalice el aborto y que sea seguro y gratuito, para dotar a las mujeres del derecho a decidir sobre su cuerpo y su maternidad sin poner en peligro su vida; que se garanticen jardines materno paternales gratuitos para que las mujeres puedan continuar sus estudios.