Mujer

24/7/2016

El PiqueTetazo se sintió en todo el país

Desde el PdT pusimos de relieve también la denuncia al Estado que ampara la comercialización de los cuerpos de mujeres mientras persigue a una mujer que amamanta.


Con un gran impulso desde las redes sociales y desde los medios de comunicación se concretó la protesta nacional contra la expulsión por parte de la policía de una mamá que amamantaba en una plaza pública de San Isidro. En las redes fue nominada con los hashtags #PiqueTetazo y #TeteadaMasiva 


 


La protesta tomó diferentes dinámicas en todo el país. El reclamo más extendido sin lugar a dudas fue la defensa del amamantamiento en cualquier espacio público o privado, sin tener que vivir situaciones como la que atravesó Constanza Santos.


 


Pero la jornada también fue objeto de otras reflexiones: sobre el derecho a la maternidad y a la lactancia, sobre el derecho de no amamantar y sobre lo ocurrido con Constanza Santos como un intento de manejo del espacio público y de manejo arbitrario del mismo para meter miedo y así controlar a la población.


 


Desde el Plenario de Trabajadoras, llenamos las plazas de todos el país con carteles y consignas que ponen en evidencia que quienes se llenaron la boca hablando de las bondades de la lactancia desde los gobiernos de turno son los mismos que deniegan ese derecho a las trabajadoras, que se niegan a cumplimentar condiciones para la lactancia, quienes emplean trabajadoras en las reparticiones estatales sin habilitar lactarios adecuados ni jardines para atender las necesidades de la primera infancia.


 


Muchos de los que se escandalizaron con el tema defienden regímenes de trabajo totalmente precarios para las mujeres que deben ejercer, entre muchas otras tareas, la de la lactancia cuando se tienen niños pequeños. Cuando no se mira esta dimensión de la problemática se puede incurrir en una defensa recortada del derecho al amamantamiento destinado a sólo visibilizar el derecho de un sector social, mientras miles de trabajadoras en negro silenciosamente día a día ven denegado este derecho sin que ninguna protesta las defienda. 


 


Desde el PdT pusimos de relieve también la denuncia al Estado que ampara la comercialización de los cuerpos de mujeres mientras persigue a una mujer que amamanta: muchos carteles en diferentes plazas del país decían “Dar la teta no es negocio”, contraste que incluso fue ilustrado en las redes sociales por algunos viñetistas, con imágenes que valen más que mil palabras, como se suele decir.


 


Pero también pusimos en las plazas otra dimensión de la problemática que se evidenció en esa plaza de San Isidro: el control del espacio público por parte de la policía. Un drama que día a día viven los jóvenes, las trans o las mujeres prostituidas, entre otros sectores sociales que son removidos del espacio público, perseguidos y estigmatizados. 


 


Detrás de la orden de las dos mujeres policías está la acción de una fuerza represiva, que mediante el uso arbitrario del poder, intenta dominar, impartiendo miedo, el espacio público, al servicio de políticas de ajuste y entrega. Política que denunciamos en las plazas con un volante que reclamaba “Basta de intimidaciones en los espacios públicos”. 


 


La participación de nuestra corriente en esta protesta intentó llegar al fondo del asunto para poder, realmente, derrotar el avance contra los derechos de las mujeres y de los trabajadores.