Mujer

4/6/2025

En el aniversario del Ni Una Menos, un femicidio policial lesboodiante

Lo ocurrido en Moreno refuerza la necesidad de ganar las calles contra el Estado responsable.

Un nuevo femicidio a manos de un agente policial.

En el aniversario del Ni Una Menos, un nuevo femicidio volvió a conmover a la sociedad y a refutar a un gobierno que se empeña en negar la existencia de crímenes por motivo de género. Ocurrió en Moreno, a manos de un agente de la Policía de la Ciudad, quien se suma a la extensa lista de femicidas pertenecientes a alguna fuerza represiva del Estado.

El martes 3 de junio, un oficial de la Policía de la Ciudad, Gabriel Fernando Danielo, asesinó de un disparo a Marcela Fabiana Heredia, novia de su expareja, Anabel Viviana Florentín; y, luego de atrincherarse varias horas en el gimnasio donde sucedieron los hechos, se suicidó. Como vemos, se trata de un crimen atravesado no solo por el género de la víctima, sino también por su orientación sexual, por lo que puede catalogarse como lesbicidio.

El tratamiento mediático sobre el tema le asigna un carácter excepcional a la conducta de Danielo, cuando en verdad, su acción es producto, o, en todo caso, una manifestación hiperbólica de cómo se construye el status de masculinidad bajo este régimen social. El mismo se asienta en el patrimonio, concibiendo a las mujeres como parte de este; por lo tanto, quienes ejercen violencia de género lo hacen en nombre de ese derecho de propiedad que les fue inculcado durante su socialización.

En este caso, la víctima fue instrumentalizada por Danielo para atormentar a su expareja. Aquí, sin dudas, operó la variable de lesboodio, exacerbada por los discursos del propio presidente que refuerzan la idea de que la vida de las lesbianas no vale nada, o peor, que quienes se apartan de la norma heterosexual "son un cáncer que hay que eliminar".

Este crimen se inscribe dentro de la numerosa cantidad de femicidios cometidos por miembros de las fuerzas represivas. En la última década se contabilizaron 82, según los datos del Observatorio "Ahora que sí nos ven" (83 si sumamos el lesbicidio de Marcela). Finalmente, el Estado capitalista no solo educa en la misoginia como herramienta de disciplinamiento social, sino que es el primero en perpetrar violencia de género a través de su brazo armado.

A su vez, los femicidas de uniforme suelen saberse impunes, ya que son encubiertos permanentemente por sus compañeros de armas. De hecho, Danielo contaba con una denuncia previa por violencia de género, sin embargo, la institución policial lo mantuvo dentro de sus filas y siguió portando el arma reglamentaria.

El femicidio de Moreno viene a desmentir de forma trágica el negacionismo de Milei en la materia y a reavivar la consigna "el Estado es responsable". Volvamos a inundar las calles para reponer las demandas de las mujeres y las diversidades en la agenda política. Sigamos movilizadas hasta echar a este gobierno, cuyos postulados fascistas a nosotras nos llevan a la muerte.

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