Mujer

20/4/2017

En Quilmes y Berazategui, crecen las denuncias por intentos de secuestros de mujeres

Las tierras del kirchnerista Mussi y de Martiniano Molina, de Cambiemos, son zonas liberadas para las redes de trata, mientras se refuerzan las policías comunales para perseguir a los que luchan.


En las últimas semanas se han dado a conocer en los medios denuncias de intentos de secuestro de mujeres en Quilmes y Berazategui, que inspiraron una ola de incontables denuncias en las redes sociales.


 


En todos los casos el modus operandi es el mismo: una camioneta con varios individuos, el vehículo se detiene, un hombre se baja y –en algunos casos a punta de pistola– intenta tomar por la fuerza a las chicas y subirlas a la camioneta. Siempre se trata de mujeres jóvenes de entre 15 y 25 años, que son interceptadas en las cercanías del colegio y paradas de colectivo.


 


En el caso de Quilmes, los vecinos del barrio Dos Avenidas le arrancaron una reunión a las autoridades, luego de postergaciones, a fuerza de un corte en una de las rotondas más importantes de la zona. Denuncian que la misma camioneta ya intentó secuestrar a 4 mujeres.


 


En Berazategui, ya suman cinco los intentos de secuestro entre las calles 13/20 y 130/138. La fiscalía 2 brilla por su ausencia y el comisario Gómez, de la zona, oculta las denuncias en sus respuestas a los medios. La organización popular para atacar el problema va in crescendo, con varias asambleas convocadas en los diferentes barrios.


 


Tanto Berazategui –gobernado por el kirchnerista Patricio Mussi– como Quilmes –regido por el hombre de Cambiemos, Martiniano Molina– son zonas liberadas: tierra de barrabravas, delito organizado, narcotraficantes y redes de trata.


 


Ambos mandatarios destinaron millones de pesos en el equipamiento de sus policías comunales, las que solo han reforzado la misma estructura podrida sostenida por el poder político, el poder judicial y la Bonaerense. Lejos de proteger a las mujeres de las redes de trata, el rol de la policía es claro: fortalecer el giro represivo del gobierno –como lo muestra el amedentramiento a los vecinos de Hudson, que cortan las vías reclamando el servicio, o el desalojo a palazos de los trabajadores senegaleses en la peatonal de Quilmes.


 


Las mujeres no podemos confiar en las promesas de las podridas estructuras estatales; necesitamos desarrollar nuestra independencia política. 


 


Con esta perspectiva, la organización de mujeres Plenario de Trabajadoras plantea la creación de Consejos Autónomos de la Mujer en todos los distritos, independientes del Estado y con miembros elegidos por el voto popular de mujeres mayores de 13 años, que administren sus recursos de manera autárquica y tengan capacidad de monitoreo sobre la acción de todos los poderes del Estado.


 


Solo mediante la organización independiente de la mujer podremos avanzar en desenmarañar y encarcelar a todos los cómplices y socios de la redes de trata y de todos los ataques y tipos de violencia que viven las mujeres día a día. Ni Una Menos; el Estado es responsable.