Mujer

31/8/2022|1652ST

En todo el país organicemos la lucha por la educación sexual y la separación de las iglesias del Estado

Ojo Obrero Fotografía

La enorme movilización de la Marea Verde que conquistó el aborto legal abrió un rumbo de lucha que todavía tiene mucho por delante. La pelea contra la clandestinidad del aborto mostró a un Estado fuertemente dominado por las Iglesias, que han colonizado buena parte del sistema educativo y de salud (público y privado), con principios reaccionarios y oscurantistas que vulneran todos nuestros derechos.

Así como la criminalización del aborto significa un instrumento de control social y de tutelaje sobre las mujeres y diversidades a quienes se educa con el Código Penal en un rol oprimido y de subordinación; de igual modo ocurre con la educación sexual.

La ley de educación sexual ya cumplió 16 años sin ser aplicada en la mayoría del país. Se trata de una ley que en su momento negoció CFK con el Vaticano, que no es obligatoria para las provincias y que admite que cada instituto educativo imparta sus contenidos “de acuerdo con su propia cosmovisión e ideario institucional”: el principio de su negación y bloqueo.

Gobiernos de todos los colores, del PJ o de JxC como hace Larreta en CABA, bloquean la ESI en las escuelas. No hay formación para los docentes o se recortan las vacantes de los pocos espacios gratuitos que existen para ello. El ajuste contra la educación pública agrava esta situación.

Lo que nos niegan es una ESI laica y científica, que eduque en el respeto de las diversidades y de relaciones libres de sometimiento y violencia, que desde la más temprana infancia sea una herramienta para combatir el abuso en la niñez y sirva a la construcción de una sexualidad libre y basada en el placer. En su lugar, el Estado es responsable de que generaciones enteras sean socializadas en los prejuicios y el oscurantismo, en el adoctrinamiento en la inferioridad de las mujeres, la discriminación y patologización de las diversidades. En la defensa de un modelo familiar cerrado basado en jerarquías y vínculos autoritarios para que, fuera del hogar, aprendamos a resignarnos y obedecer al patrón o al policía.

Esto no solo ocurre en el ámbito confesional -donde abundan los curas abusadores de niñxs dentro de los colegios. También en las escuelas públicas se imparte esta ideología anti derechos, como muestra la vigencia de los códigos de vestimenta, que sirven para indicarle a las niñas y adolescentes que su forma de vestirse les adjudica responsabilidades ante los abusos y la violencia.

Todo este régimen vinimos a cuestionar con nuestra lucha, y con la potencia de haber conquistado el aborto en el país del Papa y de los gobiernos postrados al clero, tenemos que avanzar por la Educación sexual que queremos y necesitamos. Contra los reaccionarios códigos de vestimenta. Por la ESI laica y científica. Por la separación de las iglesias del Estado. ¡Sumate!