El martes 17 de mayo la familia de Luna Ortiz, víctima de femicidio ocurrido el 3 de junio de 2017 en Tigre, junto a diferentes organizaciones de mujeres y otros familiares sobrevivientes de femicidios, llevaron adelante una concentración en las puertas del Tribunal Oral N° 7 (TOC 7) de San Isidro, en el marco de un nuevo juicio contra Isaías Villareal, el único detenido por el crimen, quien podría quedar en libertad si los jueces a cargo dan lugar a la sentencia de impunidad resuelta el año pasado por la Cámara de Casación de La Plata.

Luego de que el femicida fuera condenado en 2019 por en el TOC 7 a 14 años de prisión, bajo la carátula de “abandono de persona seguido de muerte con suministro de sustancias estupefacientes a título gratuito”, el Tribunal de Casación dio lugar al pedido de la defensa y falló a favor de que la carátula cambiara a “suministro gratuito de estupefacientes destinado al consumo personal en concurso real por homicidio imprudente”, posibilitando la excarcelación de Isaías Villarreal para junio de este año.

Se trata de un nuevo intento de impunidad que la Justicia quiere imprimirle al femicidio de Luna. Desde un primer momento nunca fue caratulado como tal, se archivaron las causas por narcotráfico y trata y solo condenaron a Villarreal dos años después de ocurrido el crimen, como resultado de la lucha incansable impulsada por la familia. De este modo, se perpetúa la protección estatal hacia los femicidas de Luna, vinculados al negocio de la droga y la explotación sexual en connivencia con el poder político y la policía.

Con ese objetivo es que los jueces y fiscales que abordaron la causa no hicieron más que responsabilizar a la propia víctima de lo sucedido, negando lo que verdaderamente ocurrió: Luna fue captada por Isaías Villarreal, inducida a un cuadro de sobredosis y abusada por él y sus secuaces. Toda esa concatenación de hechos provocaron su muerte, con lo que lejos de haber sido un “homicidio imprudente” como figura en la carátula, es claro que siempre existió por parte de los victimarios la intención de violentar a Luna.

En esta nueva audiencia, la familia de Luna presentó pruebas fehacientes de que Isaías Villarreal sigue captando víctimas desde la cárcel para luego privarlas de su libertad y venderlas como mercancías. Es decir, continúa realizando sus actividades delictivas al amparo de la Policía, constituyendo una razón más por la cual no debe estar en libertad. Con el aliciente de que viviría en el mismo barrio que la familia de Luna quienes pasarían a estar en verdadero peligro.

Tenemos que seguir en las calles para que Villarreal no salga de prisión y que la causa sea finalmente caratulada como femicidio. A su vez, exigimos juicio y castigo a todos los involucrados en aquel episodio y la expulsión de cada uno de los jueces y fiscales que revictimizaron a Luna.

 

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