El pasado 26 de agosto Silvia Cabañares fue encontrada sin vida en Balsa Las Perlas, localidad rionegrina ubicada en las cercanías de Neuquén capital, donde ella vivía. El caso fue caratulado bajo la figura de femicidio, atento a las lesiones en su cuerpo y a la mecánica del hecho.

Silvia era hija de Flavia y hermana de Débora, compañeras que militan en el Polo Obrero de Neuquén capital. Por eso el crimen conmovió aún más a nuestra organización, y desde el momento del hecho tanto el Polo, el Plenario de Trabajadoras y numerosas organizaciones estamos desenvolviendo una vasta campaña por el juicio y castigo a los responsables. Estas actividades incluyeron un masivo corte de puente interprovincial.

A las pocas horas del femicidio, la Justicia de Río Negro detuvo a una persona que, si bien sigue vinculada al caso, no emergieron aún elementos de peso para mantener la detención.

Pasado los días la movilización fue creciendo, poniendo el eje en denunciar la responsabilidad del Estado. Es que el o los autores solo pueden estar libres si tienen la complicidad o impunidad judicial o policial.

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Sin embargo, en las últimas horas una noticia sacude a la causa. Es que Silvia había denunciado que sufrió un brutal abuso sexual en manada el pasado 15 de mayo. En el expediente, donde la familia se presentó como querellante en forma inmediata, figuran sindicados los posibles responsables y existen numerosas pruebas del abuso, tanto genéticas como médicas.

Ante esta situación, al día siguiente de presentada la querella la Justicia neuquina arrestó a cinco personas por el caso del abuso, fijando la prisión preventiva por el plazo de dos meses. Aunque aún resta saber si las personas arrestadas por el abuso son también autores del femicido, es indudable la estricta conexión en ambos hechos.

El Plenario de Trabajadoras, como parte de las actividades ya planificadas, realizó una manifestación en la fiscalía reclamando el esclarecimiento, juicio y castigo.

Un vez más, la responsabilidad del Estado es evidente y asistimos a un hecho de extrema gravedad. Silvia fue desprotegida, desamparada y la Justicia no actuó en los tiempos que exigía la gravedad de la situación. Hoy Silvia está muerta y es responsabilidad del Estado.

Exigimos la celeridad de las investigaciones. No pararemos hasta conseguir justicia.

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