Mujer

1/7/2004|857

¡Fuera el Estado de mi casa!

Compañeras, compañeros y lectores de Prensa Obrera:


Quien les escribe hace ya 3 años que está en este colectivo piquetero. Soy Dora, de Morón (video “Paso a las luchadoras”), luchando por todas las reivindicaciones que sabemos cuesta mucho lograr, pero organizados se puede. El intendente de Morón, Martín Sabatella, sabe por demás mi situación, ya que sus punteros le pasan toda la información. Mis hijos, Sara (14), Jeremías (12), Ariana (9), Patricio (8), Eros (6) y Luna (3 y medio), están todos viviendo conmigo. Por años recorrí los pasillos de juzgados, comisarías, defensorías, comisaría de la mujer, por el tema que ustedes conocen si vieron el video: violencia familiar. Nadie nunca me escuchó, ni me registraban, cuando iba con lesiones por todos lados; por el contrario, el hecho de vivir con un golpeador era culpa mía. Llegaron a convencerme de que yo era la responsable. Pase muchísimos días, meses, años, sin resolver nada. Todos ellos, cómplices de la situación, nunca actuaron. Cuando pedí la exclusión del hogar y un perimetral, me dijeron que lo internara en un C.P.A., nunca hicieron otra cosa que correrme de las salas de espera citándome nunca, y cuando lo hacían, no escuchaban nada.


Me organicé, y mis compañeras y compañeros sí me escucharon. Encontré en el Polo seguridad para tomar la decisión de separarme de alguien que cada vez me golpeaba peor, diciéndome que me lo merecía. Los compañeros me hicieron entender que es justamente el Estado el que me pegaba.


Hoy, 22 de junio, me citaron a una audiencia en el Juzgado de Menores Nº 1 de Morón; querían saber en qué condiciones están los chicos, de qué o qué comen, si van o no van colegio… Me dijeron que necesito una pericia psicológica. Me cuestionan porque los chicos faltan cuando hay movilizaciones, que están mal alimentados. Si es así, es porque no tengo trabajo y comemos en los comedores del Polo. Ya sabemos todos que no recibimos alimentos básicos para alimentarnos bien… ¡Con un subsidio de 150 pesos y seis chicos no se puede sobrevivir! Estuve muchísimos años sin saber que era capaz de salir de esa constante agonía; muchas mujeres que pasamos por esto no nos creemos capaces de salir de ese caos. Yo soy una de las que se subieron al colectivo piquetero, y en la ANT discutimos cómo resolver estos problemas. Es difícil, pero no imposible. Luchamos convencidos de que esto lo vamos a cambiar nosotros, los trabajadores. Ellos ya no pueden; cada día que pasa estoy más segura de estar en esta pelea.


“Paso a las luchadoras”