En Mar del Plata, el día internacional de la mujer trabajadora constituyó una fecha clave para el Plenario de Trabajadoras, el cual intervino intensamente en varias actividades que se desarrollaron durante la semana pasada.

No sólo se realizó una mesa de agitación, en la que difundimos nuestro programa, sino que también se desarrolló una marcha por el centro de la ciudad junto con organizaciones sociales y políticas de la ciudad, tales como La Alameda y Mar de Lucha.

Levantando la figura de Elsa, el Plenario logró poner en el tapete las problemáticas de las mujeres trabajadoras como una cuestión política fundamental frente a la cual hay que dar pelea en las calles. De esta manera, pudimos delimitarnos de las agrupaciones que se abstienen de relacionar la opresión de la mujer con las relaciones de producción capitalista, exigiendo el derecho a un aborto legal, seguro y gratuito; el desmantelamiento inmediato de las redes de trata y la equiparación salarial, entre otras cosas.

En nuestra intervención, quedó claro que es el Estado contra quien luchamos. En base a esto, denunciamos los intereses y negociados del gobierno municipal, planteando que el intendente Gustavo Pulti, en medio de un romance político con Scioli, es quien no sólo ha mantenido, sino que también ha garantizado la situación actual de las mujeres en la ciudad. Ya sea continuando su estrecha relación con su financista por excelencia, el empresario Aldrey Iglesias (quien posee como una de sus principales entradas de dinero la publicidad de oferta sexual en su periódico), ya sea teniendo políticas nulas en relación con el trabajo portuario, o proveyendo las condiciones para que Mar del Plata se convierta en un paraíso turístico sexual, el Ejecutivo municipal se erige como el principal sostenedor del entramado político, económico y social que se levanta sobre la explotación de las mujeres trabajadoras.

En resumen, las actividades realizadas en Mar del Plata por el Plenario de Trabajadoras tuvieron como corolario la reivindicación de Elsa como ejemplo de lucha y la denuncia al aparato estatal como partícipe necesario de la opresión hacia las mujeres.