Mujer

13/7/2019

La condena por abuso sexual contra Cristian Aldana

22 años de prisión para el músico.

Víctimas de Cristian Aldana celebraron el fallo

Cristian Aldana, otrora cantante de El Otro Yo, fue condenado a 22 años de prisión por abuso sexual gravemente ultrajante y corrupción de menores, ante las denuncias de siete víctimas. La querella, que había solicitado entre 20 y 40 años, saludó la sentencia. La físcalia había solicitado 35 años.


Aldana se encontraba detenido desde diciembre de 2016. Meses antes, al calor del #YaNoNosCallamosMas tres víctimas habían testimoniado vía Facebook denuncias de abuso sexual y graves hechos de violencia cometidos contra ellas por el músico cuando eran menores de edad y se habían convocado concentraciones que hicieron pública la denuncia. En ese momento, Aldana negó los hechos y se mostró desafiante: se presentó como víctima de una operación en su contra y montó provocaciones contra las denunciantes, en las que llegó a aparecer en las concentraciones en Plaza de Mayo, disfrazado de monja, gesticulando contra la movilización y cantando “el amor vence al odio”.


Aldana era no solamente el líder de El Otro Yo sino también presidente de la Unión de Músicos Independientes y en 2013 había sido candidato en las listas del Frente para la Victoria, en ese momento oficialismo. Hasta hoy, Aldana alega ser víctima de una campaña mediática en su contra. Su defensa pidió su absolución e inmediata libertad. La cuenta oficial de El Otro Yo en la red social Twitter proclama su inocencia.


Desde el primer momento, #NoNosCallamosMas puso de relieve la extensión de los abusos sexuales. En este caso, lo hizo allí donde se estructuran relaciones profundamente desiguales, entre artistas “endiosados” por la industria cultural y sus fans.


Las víctimas de Cristian Aldana superaron cada obstáculo de la mano del alza del movimiento de mujeres y el NiUnaMenos que irrumpió frente a la barbarie de abusos, femicidios y todas las formas de violencia que sufren las mujeres en este régimen social de opresión, sometimiento y desprecio que, como denunció ese movimiento, garantiza el Estado.