Mujer

28/11/2019

La gran jornada en Catamarca contra la violencia hacia la mujer

La movilización que tuvo lugar este 25 de noviembre en Catamarca y culminó con un acto frente a la Catedral, en el marco de la jornada internacional de lucha contra la violencia hacia la mujer, contó con una concurrencia que supera a las últimas convocatorias en la provincia por los reclamos de los derechos de la mujer. Se trata de un precedente positivo, más teniendo en cuenta que durante este año el movimiento en la provincia no había logrado dar continuidad a las enormes luchas que protagonizaron las mujeres por la legalización del aborto.


En Catamarca la coordinación de esta jornada se dio de manera tardía, convocando a una actividad unitaria entre las organizaciones que intervienen en el movimiento de mujeres que derivó en la actividad común en la plaza principal a las 20hs.


Previamente se desenvolvieron las actividades particulares de cada organización como parte de la jornada, con convocatorias a charlas organizadas por el Observatorio Feminista y de las mujeres de ATE.


Desde el Plenario de Trabajadoras-Partido Obrero propusimos a la asamblea y a distintas organizaciones la posibilidad de concentrar en la Universidad para sumarnos a las actividades ya programadas, dándole una continuidad de movilización y marchar desde allí a la plaza. Coordinamos en este sentido con el MP La Dignidad, MST y Quebracho, en un acuerdo entre organizaciones que buscaba expandir y sumar a la actividad general. Marchamos desde la sede de la Universidad Nacional de Catamarca (UNCa) a las 19hs, cortando las calles de  la mitad del centro de la ciudad de Catamarca con una nutrida columna de trabajadoras, mujeres de los barrios periféricos, jóvenes y compañeres desocupades, detrás de las consignas del movimiento de mujeres y con el eje puesto en la rebelión en Latinoamérica. Llegamos al punto de encuentro y nos sumamos a la movilización general.


Posterior a esto referentes de las distintas organizaciones tomaron la palabra en el acto frente a la Catedral, hablé en representación del Plenario de Trabajadoras. En mi intervención destaqué la complicidad del Estado en los casos de violencia, y denuncié su protección a funcionarios abusadores como Alperovich y, en Catamarca, el Intendente Aybar. Denuncié también la protección que se les brinda a los curas pedófilos como Renato Rasgido, Juan de Dios Gutiérrez y Moisés Pachado y la lentitud de la Justicia en los casos de violencia destacando los casos emblemáticos en la provincia. Afirmé que ha sido el Estado el que negó la efectiva implementación de la educación sexual, científica y laica respetuosa de la diversidad, así como la legalización del aborto, entre otras reivindicaciones. Por último, llamé a que “el movimiento siga unido y organizado en las calles para enfrentar todos estos ataques en contra de los derechos de las mujeres, organizadas por nuestros reclamos y los de las mujeres de Latinoamérica”.



El grupo que responde a Altamira lanzó una campaña reaccionaria en contra de la convocatoria a las 19hs en la UNCa, motivada únicamente por el hecho de que estaba coordinada por el Partido Obrero. Es pertinente destacar que una organización puede o no participar de una convocatoria a marchar por diferentes motivos, pero boicotearla es una posición que se toma solo cuando la convocatoria ataca a los intereses de la clase; si este no es el caso, es una posición reaccionaria, que solo puede sostener una secta.


Para boicotear la marcha se dieron la tarea de llamar a los referentes de las distintas organizaciones con la intención de confundir y desmovilizar. Un ejemplo de su accionar fue que consiguió hacer pie en el grupo de La Poderosa, que bajó su participación en la marcha, ya que esta organización no marcha en contra de la iglesia. Los altamiristas explotaron las contradicciones de este grupo de manera reaccionaria. O sea que, objetivamente, pusieron su militancia a favor de la iglesia.


La lucha política que enfrenta el movimiento obrero en su conjunto y el movimiento de la mujer en particular, se bate en duelo entre la lucha por sus derechos -teñidos de la experiencia latinoamericana- y la enorme cooptación que ha generado la expectativa de la etapa Fernández-Fernández. Una organización revolucionaria disputará a fuego esta etapa para que las conclusiones del proceso sean a favor de la lucha de los trabajadores.


La lucha por el derecho de las mujeres se defenderá en las calles, organizadas y uniendo los reclamos de toda la clase trabajadora.


Ni Una Menos. Vivas y libres nos queremos. Aborto legal ya. Fuera el imperialismo de América Latina.