El obispo neuquino Fernando Croxatto se solidarizó con el director de la clínica Pasteur, quien emitió un comunicado defendiendo la objeción de conciencia a nivel institucional para cualquier caso de aborto  y se opuso a la ley que tiene media sanción en el Congreso.

El titular de la diócesis de Neuquén afirmó que en sus oraciones incluía a la Clínica Pasteur “para que el Dios de la vida y del amor, les dé fortaleza, valentía y bendiga sus esfuerzos por ser fieles al ideario de bien que llevan adelante en estos 48 años”. Asimismo alentó al director de la institución de salud “a seguir apostando por el cuidado de la vida y la salud de la madre y el niño”.

Por su parte, la iglesia evangélica organiza “escarpinazos” virtuales y conferencias con los llamados médicos “pro-vida".

El ministro de Salud de Neuquén Ricardo Corradi Diez sostuvo públicamente que de aprobarse la ley tal como salió de la Cámara Baja, el gobierno provincial la cumplirá y la hará cumplir. Se debe advertir, sin embargo, que se trata del gobierno responsable de la falta en los hospitales de misoprostol para los casos de abortos no punibles o espontáneos, hemorragias post parto y otros –que fuera denunciado en 2017 por Patricia Jure (entonces diputada provincial del Frente de Izquierda, actualmente concejal en la capital) y el sindicato de profesionales de la salud pública (Siprosapune). El gobierno recién ejecutó la compra de Oxaprost (nombre comercial) cuando fue anunciada una movilización de organizaciones de mujeres al Ministerio.  

En las semanas que quedan hacia el 8A es necesario redoblar la movilización para conquistar el aborto legal, seguro y gratuito, y derrotar el lobby clerical.  Como nunca, ha quedado en la agenda política la lucha por la separación de la iglesia del Estado.