Mujer
23/2/2023
La movilización logró defender a la niña Arcoiris ante una nueva ofensiva del Estado
Por orden del Poder Judicial Riojano, un operativo policial en CABA pretendía trasladarla para revincularla con su abusador.
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Un “abrazo protector" de organizaciones de mujeres y diversidades frustró el ingreso de la policía.
El miércoles 22 por la tarde llegó la noticia de que la policía había rodeado la casa del barrio de Almagro en la Ciudad de Buenos Aires donde están viviendo la niña Arcoiris y su mamá protectora, Delfina. Con una celeridad que no suele verse, la Policía de la Ciudad estaba intentando cumplir con una orden de la jueza de La Rioja Ana Carla Menem, quien declaró a la mamá en “rebeldía” y ordenó su detención. El “crimen” de Delfina es negarse a que la niña sea restituida a su abusador, el abuelo paterno, a través de la revinculación forzada con su progenitor, denunciado como cómplice y partícipe necesario de los abusos.
En esos precisos momentos se estaba reuniendo la segunda asamblea independiente de mujeres y diversidades hacia el 8M, que de inmediato resolvió trasladarse masivamente al domicilio para rodear de solidaridad a Arcoiris y su mamá. A la gesta se fueron sumando vecinxs, activistas y sectores gremiales como la AGD-UBA, que formaron un “abrazo” protector que enfrentaba a la policía e impedía su ingreso al edificio, al grito de “yo sabía que a los abusadores los cuida la policía”.
Fue esa muralla humana que se conformó en los alrededores del edificio lo que evitó el avance de la policía y logró que se apersonen las titulares de las instituciones encargadas de velar por los derechos de las niñas y niños de Nación y CABA, ausentes hasta el momento de una lucha que lleva ya largo aliento y múltiples atropellos por parte del Estado.
Como resultado de esta acción, en horas de la madrugada finalmente lográbamos medidas de protección provisorias que impidieron la detención de Delfina y que la niña sea arrebatada por las fuerzas policiales.
La violencia del Estado contra Arcoiris y su mamá protectora
Arcoiris es el nombre ficticio de una niña de seis años que relató haber sufrido abuso sexual por parte de su abuelo desde los dos años de edad. Es una sobreviviente que está siendo revictimizada, desamparada y desprotegida por la Justicia y el poder de La Rioja. Su mamá lleva realizadas más de cinco denuncias desde el año 2018 sin obtener ninguna medida de protección de su hija, sino por el contrario la persecución y criminalización que la hicieron huir de la provincia para proteger a la niña.
El abuelo denunciado por abusar de Arcoiris, José “Kuki” Vergara, es funcionario de la Secretaría de Justicia del gobierno de La Rioja y un hombre muy cercano a Ana Karina Becerra, jueza del Tribunal Superior de Justicia y sobrina del gobernador Ricardo Quintela. Como denuncia la abogada de Arcoiris, Giselle Videla, Vergara goza de total protección e impunidad por parte del poder político y judicial. El silencio del gobernador pejota-cristinista es parte de una política de Estado de protección a uno de los suyos. El Poder Judicial de La Rioja, responsable de torturar y perseguir a una madre y su hija abusada, está totalmente digitado por el peronismo local y por su gobernador. La responsabilidad del Estado capitalista y sus fuerzas políticas en la violencia y torturas contra la niñez es estremecedoramente palpable en el caso de Arcoiris.
En junio del año pasado la lucha de quienes acompañamos a Arcoiris y su mamá logró que el Poder Judicial de Nación dicte medidas, como la prohibición de acercamiento y todo tipo de contacto por parte del progenitor respecto de la niña y su mamá. Esto fue luego de que Arcoiris expresara en instancias judiciales que deseaba vivir con su madre y no con su padre -que en las visitas de la niña habilitaba encuentros con el abuelo que la sometía a nuevos abusos y situaciones de violencia sexual.
En diciembre vino un nuevo revés, cuando la jueza de la Cámara Cuarta Civil, Comercial y Minas, Ana Carla Menem, pidió revincular a la niña con su progenitor, inició una persecución judicial para dar con su paradero e imputó a su mamá Delfina por “desobediencia a la autoridad e impedimento de contacto de hijos menores con su padre no convivientes agravado en concurso real y acumulado”.
La jueza Menem es la misma que fue acusada en enero de este año por viajar y fotografiarse con un hombre que tiene 17 denuncias por violencia de género. De esta estirpe está compuesto el clan judicial y político que en La Rioja protege abusadores y tortura niñas.
Contra todo este dispositivo de impunidad, lo que logramos en el día de ayer con la movilización es una pequeña gran victoria. El grito de “¡No están solas!” se hizo carne en la vivienda de la niña hasta hacer retroceder la embestida policial y judicial. Seguiremos movilizadas. Rechazamos que Delfina vaya a la cárcel por ser una madre protectora y que Arcoiris sea entregada al progenitor imputado y al abusador.
Por todas las Arcoiris y las madres protectoras, preparemos también una gran jornada lucha este 8 de Marzo contra el Estado y los gobiernos.
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