El viernes 6 de agosto llevamos adelante una actividad en el centro de la ciudad de Chos Malal empadronando trabajadoras de casas particulares. La actividad estuvo dirigida a empleadas de servicio doméstico y cuidadoras, y se acercaron muchas compañeras que en un alto porcentaje manifestaron que perdieron sus trabajos desde el inicio de la pandemia.

El diálogo con las compañeras en la calle, que impulsamos desde la agrupación de trabajadoras de casas particulares, permitió completar una encuesta sobre la situación de trabajo actual y las condiciones en que desarrollan la actividad. En su mayoría hablaron sobre problemáticas comunes como la precarización laboral, maltrato y el despido a mansalva que eso genera.

Se expresó un gran rechazó al aumento establecido por la Comisión Nacional de Trabajadoras de Casas Particulares del 42% en cuatro cuotas, la última a cobrar en el mes de marzo de 2022. Y es que la canasta familiar se encuentra en $65.000. Se llegaría al próximo año con un sueldo pulverizado por la inflación.
Vamos por la organización de las trabajadoras de casas particulares, por el 100% de aumento salarial de emergencia, por el reconocimiento de la antigüedad retroactiva, registración laboral del seguro para las desocupadas.