El avance de la desocupación, la pobreza y la precariedad está siendo enfrentado por las organizaciones piqueteras independientes con enormes movilizaciones en todo el país. Dentro de ese movimiento de lucha, las mujeres y sus demandas ocupan un rol destacado.

Las mujeres piqueteras, que sufren los ataques de todo el arco político patronal por llevar a sus hijxs a los piquetes o al comedor barrial (desde CFK hasta los Larreta y Milei), son la inmensa mayoría entre los más empobrecidos por la política de hambre de los gobiernos que entregaron el país al FMI. Quienes ajustan a la educación y no garantizan vacantes ni transporte público para llegar a las escuelas descargan la responsabilidad sobre las mujeres que sufren y luchan contra la expulsión educativa de sus hijxs.

Reclaman por trabajo genuino, por un salario mínimo que permita vivir, por asistencia a los comedores. La gran mayoría de estas mujeres son madres y su lucha es también por educación, salud y vivienda. Frente al déficit habitacional y el hacinamiento de millones de familias en las barriadas más humildes, reclaman la creación de un banco de tierras, un plan de viviendas y urbanización de los barrios, la prohibición de los desalojos y la creación de impuesto a la vivienda ociosa para financiar planes populares de viviendas y urbanización.

Son quienes luchan cada día por vacantes en las escuelas y por centros de atención de salud en los barrios, un derecho que hoy les está vedado a los niños y niñas de este país. El ajuste en estas áreas es brutal.

Frente a estos agravios el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad no tiene ninguna respuesta. Es un organismo completamente alejado de la realidad que padecen miles de familias obreras.

El fracaso del Ministerio también se expresa en el crecimiento de la violencia, con 193 femicidios en lo que va del año, que tienen entre las mujeres pobres a las más vulnerables y desamparadas. Contra esta realidad, también las piqueteras alzan su voz. En CABA y en todo el país, se organizan para luchar por Centros Integrales de atención a la mujer y la diversidad, que cuenten con presupuesto y recursos para asistir efectivamente a las que más lo necesitan, quienes sufren la violencia en hogares hacinados, sin recursos económicos, ni acceso a la justicia, ni protección de ningún tipo frente a los violentos.

Por todas estas demandas se impone la necesidad de reforzar la organización independiente en cada barrio y en cada lugar de estudio y trabajo. Las mujeres piqueteras vamos a San Luis para potenciar la lucha por Centros integrales de asistencia a las mujeres y diversidades en cada barrio en todo el país, por el derecho al trabajo y al salario, por la vivienda y por todos nuestras reivindicaciones. Al FMI y los gobiernos, lo enfrentamos con el método de la organización y la lucha, ¡arriba las mujeres luchadoras!