El Encuentro que se realizará en Mendoza, los días 9, 10 y 11 de octubre, tendrá lugar cuando Kirchner ha agotado su macaneo nacionalista y promete pagar dos mil millones de dólares al FMI, o sea el equivalente a dos años de ‘planes de Jefes y Jefas” (y arreglar con las privatizadas).

El reciente limado de las dispu­tas entre Kirchner y Duhalde, res­ponde a la necesidad de respaldar el acuerdo con los monopolios con un adecuado frente político.

Para las mujeres, el gobierno K no ha resuelto el problema del trabajo; los hogares siguen golpeados por la miseria; la persecusión a los luchado­res se generaliza. En la represión en la Legislatura de Buenos Aires fue­ron detenidas y procesadas varias mujeres, como las dirigentes de Ammar, Carmen y Marcela, presas en el penal de Ezeiza (para escribir­les: [email protected]). O los casos de las hermanas Diana y Johana Sacayán, detenidas en las movilizaciones por Diego Lucena, en La Matanza.

Siguen los casos, como los de Marina Schifrin, docente de Río Negro, y Lila Calderón, dirigente del Polo Obrero.

Por otra parte, las violaciones y desapariciones, como la de la niña de Entre Ríos; o la libertad de los mellizos abusadores en Misiones, no hacen más que demostrar la enorme desprotección de la niñez y la mujer bajo este régimen político.

Los índices de embarazo adoles­cente han crecido en forma alarmante, en forma proporcional al crecimiento de la pobreza.

Por esta razón, el Plenario de Trabajadoras propone concentrar el trabajo del Encuentro en un Plan de lucha por la creación de cientos de casas-refugio en todo el país y por guarderías en todos los barrios, lugares de trabajo y estu­dio. Las compañeras del movi­miento piquetero necesitamos unirnos para el Encuentro.