Mujer

13/7/2020

Licencias de cuidado: el gobierno recula y crece el reclamo entre los gremios

Secretaria gremial de Ademys.

Luego de idas y vueltas de la resolución 3-2020 del Ministerio de Trabajo y del Ministerio de Mujer, Género y Diversidad sobre licencias de cuidado -cuyos alcances y límites hemos analizado en Prensa Obrera-, todo ha quedado en el aire al no salir publicada en Boletín Oficial. La norma ni siquiera fue mencionada en la propia página de esa cartera.

Se trata de un claro ejemplo de cómo, una vez más, el gobierno cede frente a la presión patronal. Las versiones periodísticas le otorgan especial atención a los reclamos que hicieron la Unión Industrial Argentina (UIA) y varios empresarios para que se deje de lado el tema.

El teletrabajo está siendo un gran terreno de avance sobre derechos laborales establecidos en convenios de trabajo. Se han multiplicado las presiones y la flexibilización laboral y supone un agobio para las trabajadoras que cargan históricamente con las tareas domésticas y de cuidado de niños/as en edad escolar.

Las patronales, la UIA, la Cámara Argentina de Comercio y los voceros de las Pymes manijearon frente al tratamiento de la regulación de la Ley de Teletrabajo en el Congreso y se disponen a seguir restringiéndola a favor de sus intereses cuando pase su tratamiento al Senado.

¿Qué son las licencias de cuidado?

En diferentes gremios, en especial entre la docencia -que no estaba comprendida incluso dentro de estas resoluciones que eran fundamentalmente para Ley Contrato de Trabajo-, el reclamo de licencias con pago de haberes con relevo de tareas es muy extendido.

No es lo mismo la justificación de ausencia al lugar de trabajo mientras dure el aislamiento social obligatorio para que trabajen desde sus casas, que una licencia a cargo del empleador (en el caso de docentes, el Estado), que supone contratar otra trabajadora o trabajador mientras dure la misma. Lo mismo debería suceder fuera del denominado teletrabajo.

El reclamo se distingue, a su vez, de la línea Unicef y de los gobiernos que “impulsan” la contratación de otras mujeres precarizadas como cuidadoras, una línea de los organismos internacionales para toda la región que comenzó a difundirse pomposamente en marzo. Así, en Argentina se propone que compañeras desocupadas que cobran un programa social de $8.500 (mitad del salario mínimo), con una promesa de un aumento de $3.000 que no se sabe cuándo llegará y que no tienen ningún derecho laboral, sean capacitadas en unos meses para cuidar a los niños/as remplazando a personal capacitado y en planta, creando la ficción de que esto sería achicar la brecha de género. Las funcionarias que bajan esta línea nada han dicho en estos meses sobre cómo las patronales privadas descontaron salario a las trabajadoras, en el marco del los acuerdos entre Trabajo, la UIA y la CGT o de cómo el propio Estado ningunea el reclamo de estas licencias pagas en el marco del teletrabajo.

Bajo el capitalismo se ha incrementado progresivamente la presencia de mujeres en el mercado laboral sobre la base de una redistribución de ingresos entre la propia clase trabajadora y un retroceso general de los ingresos de conjunto de la misma. El capital usa y retroalimenta un estatus social inferior para las mujeres trabajadoras para que esa fuerza de trabajo reporte un beneficio a la hora de impactar hacia abajo en el costo laboral general. La diferenciación salarial, la brecha salarial entre hombres y mujeres (27%) es un indicador al respecto de esta unidad entre el sometimiento de clase y la discriminación de género.

En este sentido, tanto las patronales como el Estado han retrocedido incluso en su discurso en lo referido a la socialización de las tareas de cuidado – jardines infantiles en lugares de trabajo y estudio, hogares para cuidado de adultos mayores, clubes para chicos y chicas, centros artísticos y deportivos- para plantear un abordaje hiperprecarizador.

Con la lucha, arranquemos las licencias para las trabajadoras y trabajadores

Como consecuencia de la experiencia de estos meses de aislamiento y teletrabajo, los reclamos sobre la situación de atención a niñas/os y de personas en grupo de riesgo adultos mayores ha explotado.

Ya se han presentado peticiones al gobierno de CABA, fundamentalmente a través del gremio docente, que se torna extensiva a otros gremios que piden que las patronales se hagan cargo ya.

Desde el Plenario de Trabajadoras y de la Coordinadora Sindical Clasista estamos organizando los reclamos en los lugares de trabajo, impulsando iniciativas para arrancar esta reivindicación tan sentida.

Mientras la UIA, la CGT y el gobierno avanzan en un plan para descargar la crisis sobre nuestras espaldas, más que nunca reforcemos las luchas contra esta reforma laboral de hecho, por las reivindicaciones inmediatas de las trabajadoras, contra el pago de la deuda externa y el plan del FMI, que solo agravarán la vida de las mujeres.