Los K se atribuyen la lucha contra la violencia de género
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El miércoles 27, la Cámara de Diputados transformó en ley un proyecto por el cual se establece el 11 de marzo como el día Nacional de la Lucha contra la Violencia de Género en los medios de comunicación.
La fecha fue elegida para homenajear la sanción de la ley de “protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”. El objetivo de la ley sería difundir en los medios de comunicación el problema de la violencia de género en el “terreno cultural”.
El proyecto en cuestión es una pleitesía al kirchnerismo. Los fundamentos mencionan todas las leyes aprobadas durante estos doce años. Cita al decreto 936/2011 que prohíbe la publicación de avisos de comercio sexual como “un claro ejemplo de lucha contra la violencia simbólica hacia las mujeres”.
El gobierno atribuye a la única responsabilidad de los medios de comunicación, la violencia que se ejerce contra la mujer.
La realidad muestra lo siguiente: el Consejo Nacional de la Mujer se transformó en un nido de funcionarios que sólo se dedican a cobrar un sueldo -ajenos a los tremendos femicidios que sucedieron este año. La política del gobierno siempre apuntó a que la víctima debía asumir la iniciativa de accionar contra el violento, fingiendo ignorar que en la mayoría de los casos de femicidios había denuncias previas con órdenes de restricción que no se hicieron cumplir. La mentada ley contra la trata, como denunciamos largamente en las páginas de Prensa Obrera, no ha servido para desmantelar una sola red.
Es el gobierno que defiende el punto de vista del clero en relación al derecho al aborto.
Esta nueva ley no viene sola, este año hicieron volar el último vestigio de un tibio planteo de laicismo a través de la eliminación del artículo 8 de la Ley 1420, también viene acompañada por el artículo 19 del nuevo Código Civil y Comercial que establece la vida desde la concepción, retrocediendo incluso con respecto al artículo 86 del Código Penal que plantea el aborto no punible.
Esta pantomima de “batalla cultural” apunta a esconder detrás de la distinción de género la violencia social y política del capitalismo y del Estado, que asume su forma extrema en la violencia contra la familia, la mujer y los niños. Un día al año dedicado a que los medios ilustren acerca de la violencia contra la mujer, no hace avanzar un milímetro la lucha que libra el movimiento de lucha real de la mujer.
El PTS votó a favor de esta ley laudatoria del kirchnerismo. Esta concesión ideológica contrasta, asimismo, con el liberalismo que exhibe con relación a las drogas y a la prostitución. Identificar al populismo, sea posneoliberal o reformista, con la defensa de la mujer es un verdadero despropósito.
Pablo López fue el único diputado que denunció la usurpación ideológica por parte de los K y el engendro leguleyo que justifica el estado de cosas imperante.