Los padres de la criatura
Seguir
Una niña de 10 años dio a luz por cesárea en la Maternidad Sardá. El parto no fue natural, porque si bien los óvulos de la niña estaban maduros para procrear, su cuerpo aún no se había transformado en el de una mujer.
La Iglesia festeja su jubileo del 2000: bajo su bendición la vida de un niño recién nacido se mece en los brazos de una criatura de diez años.
Ibarra y Felgueras se hicieron presentes en el hospital (tal vez con juguetes para la madre y la niña). Y está muy bien, porque todos ellos son padres de la criatura.
Sus partidos y su Alianza, en acuerdo con el PJ y la Iglesia, cava llistas y belicistas, incorporaron el Pacto de San José de Costa Rica a la nueva Constitución Nacional, que protege la vida desde la concepción en todos los países de Latinoamérica. Han logrado sus objetivos: se cumplió la ley.
Todos ellos también, votaron la Ley de Reproducción Responsable, que promueve la distribución de anticonceptivos “no abortivos”, lo que exceptúa la pastilla, del Día Después (falla o violación), y es extensi- ble al DIU. Olivera, el ex jefe, extendió la prohibición a no abortivos ni irreversibles (como la ligadura de trompas y la vasectomía masculina), por mandato de la Iglesia, y agregó el respeto a la libertad de conciencia (religiosa) para padres y profesionales contrarios a toda metodología anticonceptiva.
Estas dos nuevas legislaciones anularon el artículo del Código Penal, que autorizaba el único caso de aborto legal, “a menor de edad demente o idiota en caso de violación”.
Pero la niña-madre de este caso es normal y fue violada por un familiar (de 28 años), y hay un juicio de por medio, que será probatorio o no de la violación. No es sólo un caso. De 700.000 partos anuales, 200.000 corresponden a madres niñas y adolescentes, desde los 9/10 a 21 años (Veintitrés, 27/9). El abuso y violación de menores, en su mayoría por familiares directos, sigue creciendo como fruto de la descomposición social y económica.
Si en Rusia se descubrió la tortura, la violación y muerte de niños para videos pornográficos {Clarín, 29/9), no es menos cierto que esta industria basura de crímenes de lesa humanidad también se desarrolla en nuestro país, a la par de la prostitución infantil, bajo un sistema de prostitución y proxenetismo que corroe a funcionarios y a individuos por igual.
Por otro lado, la sobornada reforma laboral destruye las pocas leyes y conquistas por maternidad y la estabilidad laboral. El salario mínimo clavado en 200 pesos y los planes ‘Trabajar’ de 160 y 140 pesos, condenan a las mujeres pobres al aborto clandestino o la maternidad y a ser jefas de familia sin recursos.
Los abortos, según un informe del Indec, están entre los 300.000 y 500.000 por año. Sólo se detectan los abortos sépticos, de las mujeres pobres, por infecciones posteriores que requieren internación, produciendo un pavoroso 43% de las muertes por maternidad (Veintitrés, 27/9).
El avance de los métodos anticonceptivos reduce al 1,5 por ciento los casos por falla de anticonceptivos. La catástrofe social de una muerte y media por día por abortos clandestinos es producto de la falla del sistema.
El caso de esta niña representa todos los derechos civiles de la mujer sojuzgada y oprimida por el sistema de explotación.
Una niña de diez años fue violada, pero la sociedad la obligó a parir, como a toda mujer violada.
Una madre que no puede alimentar a sus hijos, está obligada a seguir pariendo, o a arriesgarse a morir en un aborto séptico mal practicado, que además está obligada a pagar.
Los adolescentes son educados bajo la censura de la Iglesia y de los ciudadanos pudientes, que silencian la educación sexual y privatizan la educación laica, enciclopédica y crítica.
Estas leyes “de vientre”, que obligan a la mujer a parir sin su aprobación, no obligan al Estado a proteger la vida durante la concepción ni después del parto. Por eso nuestros niños están afectados por las enfermedades de la pobreza, la tuberculosis, el sida, la prostitución, la mendicidad, el gatillo fácil, la deserción escolar, la miseria.
En la Legislatura porteña las legisladoras discutieron durante cinco horas el cupo femenino, para igualar sus derechos civiles. ¿Cuál es el cupo de nuestros derechos civiles como mujeres de las clases explotadas frente a la ley de procreación, frente al Pacto de San José de Costa Rica, frente al oscurantismo religioso, o frente a la violación, sea individual o social?
El sistema y la ley abortan nuestros derechos a la maternidad universal, es decir el derecho a decidir cuándo, cómo y con quién seremos madres o no.