Este martes en los Tribunales de Mar del Plata tuvo lugar la primera audiencia del nuevo juicio por Lucía Pérez, fruto de la lucha incansable de los padres y amigos de Lucía y el movimiento de mujeres y diversidades que ha tomado las calles mediante la movilización independiente a lo largo de todos estos años, luego del misógino fallo en 2018 que absolvió de femicidio a los acusados Matías Farías, Juan Pablo Offidani y Alejandro Maciel (Este último ya fallecido).

Recordemos que luego de dos años de lucha la Cámara de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires anuló el juicio por considerar que la sentencia absolutoria se fundó en una perspectiva sesgada que responsabilizó a la víctima de su propia muerte, exculpando a los responsables. En el mismo sentido, los miembros del tribunal serán sometidos a un Jury que comienza el 14 de marzo.

Este nuevo proceso continuará hasta los primeros días de marzo y contará con 49 testigos previstos. Se utilizarán las mismas pruebas pero, según el fallo de Casación, deben ser analizadas con perspectiva de género y de derechos humanos. Sin embargo, la defensa de los acusados volvió a recaer en la misma estrategia: indagar sobre la vida de Lucía. Las preguntas por parte de la defensa hacia Marta, Guillermo y Matías (padres y hermano de Lucía) fueron absolutamente revictimizantes, poniendo el foco en el estilo de vida de la familia y particularmente de la víctima, incluyendo preguntas sobre los ingresos económicos, la alimentación y otros aspectos de la vida privada. Todas estas preguntas fueron permitidas por el Tribunal conformado por los jueces Roberto Falcone, Gustavo Fissore y Alexis Semaz.

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La primera jornada del juicio comenzó con varias irregularidades y desprolijidades, algo que caracteriza desde el minuto cero el femicidio de Lucía en relación a la responsabilidad del Estado y del Poder Judicial. Destinaron un espacio minúsculo, algo muy llamativo, tratándose de un nuevo juicio por el femicidio que conmovió a todo el país y motorizó el primer paro nacional de mujeres en el año 2016.

A último momento, hubo restricciones sobre los ingresos a la audiencia, no permitiendo entrar a los familiares que lo habían solicitado, solo habilitaron cinco lugares para la prensa y mucho menos para el público en general. También le negaron el acceso a los familiares de víctimas que viajaron desde diversos puntos del país para apoyar a la familia. El edificio de Tribunales fue vallado 24 horas antes y con presencia policial. A pedido de la defensa, presionaron a las organizaciones y familiares de víctimas que estábamos afuera para que no “hiciéramos ruido”, bajo amenaza de pedir anulación juicio.

Los acusados, Farías y Offidani, pidieron permiso para no participar ni siquiera de manera virtual de la audiencia. El tribunal accedió y antes de desconectarse les indicó que “continuaran con su día normalmente”. Mientras que los padres y el hermano de Lucía fueron llamados como testigos, por lo que no se les permitió estar presentes ni juntos en la misma sala. Toda una provocación.

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La concentración frente a Tribunales estuvo marcada por la presencia de los familiares de Cecilia Basaldúa, víctima de femicidio en Capilla del Monte, Iara Rueda asesinada en Jujuy, amigos de Laura Iglesias, los padres de Luna Ortiz, la familia de Natalia Melmann, Sergio Maldonado, Marta Ramallo y familiares de “Ningún hundimiento más”. En el escenario de la Campaña Nacional Somos Lucía, tuvieron voz cada uno de los familiares de las víctimas. Además de los duros relatos, se destaca el denominador común de las luchas de las familias contra los organismos del Estado. Como dijo la mamá de Luna: “Nos convertimos en abogados, forenses, fiscales, peritos…”. La mayoría de los crímenes, cuyas familias intervinieron aún están impunes.

El Ministerio de Mujeres y Diversidades de la Provincia de Buenos Aires montó stands de promoción de programas contra la violencia. Su presencia con gazebos y folletos contrasta con el escaso acompañamiento que han dado a la familia en estos más de seis años y con su inacción política frente a la impunidad, las demoras en el inicio del nuevo juicio y la dilatación del Jury.

Al finalizar la audiencia, los padres subieron al escenario, fuertemente atravesados por el carácter invasivo de la interrogación y toda la violencia vivida ese día. Nuestra compañera y diputada, Romina Del Plá, quien los acompañó y presenció el debate, llamó a redoblar la organización independiente y la presencia en las calles que, la familia de Lucía no abandonó, ni siquiera durante la cuarentena.

Vamos a acompañar a la familia en las jornadas que quedan del juicio, fortaleciendo el camino de independencia, organización junto a otros familiares y movilización en las calles, único camino que ha permitido enfrentar la violencia y la impunidad.

Justicia para Lucía, fue femicidio.

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