El sábado 23 de noviembre, en consonancia con el día internacional para la eliminación de la violencia hacia las mujeres; marcharon en Paris y otras ciudades francesas miles de franceses. Aunque, las cifras oficiales señalan unxs 50 mil manifestantes en la capital; los números de las organizadoras rondan entre las 150 mil personas en todo el país.

Uno de los principales puntos que convocó a lxs miles de manifestantes franceses fue el incremento de femicidios, que ya son 137 en lo que va de 2019. La ausencia de la carátula de femicidio en juicios; la falta de medidas concretas para erradicar la violencia hacia las mujeres; la brecha salarial en aumento, entre muchas más que marcan la responsabilidad del Estado.

La masividad de esta movilización histórica sorprendió al gobierno francés que viene de aprobar un presupuesto para la erradicación de la violencia hacia las mujeres a la mitad de lo que reclaman las organizaciones y asociaciones del país. Por su parte, el Consejo especialista en el tema de la Union Europea indicó al presidente Macron que se deben ofrecer medidas más eficaces para lograr la eliminación de la violencia a la que se somete a las mujeres y sus hijxs.

En los últimos años el movimiento de mujeres ha cobrado un carácter más masivo en cada región del planeta. El agravamiento de las condiciones de vida del pueblo trabajador producto de la crisis internacional, con sus matices, en todo el mundo agudiza la doble opresión que sufrimos las mujeres. La violencia física, sexual y psicológica al igual que la violencia laboral se incrementan a diario y son las enormes movilizaciones los diferentes países las que marcan la necesidad de una resolución inmediata de esta problemática.

Como movimiento de mujeres; que se reconoce internacional, puesto que nuestros programas, con sus diferencias, tienen como raíz común el sistema mundial de opresión capitalista, que contiene en sí mismo todos los fenómenos especiales de sometimiento que sufren las mujeres en su marco. Luchamos por reagrupar fuerzas internacionalmente por un programa socialista dentro del movimiento de mujeres, teniendo como referencia al movimiento internacional de mujeres socialistas que resolvió aquel primer 8 de marzo inicial y también los grandes paros internacionales de los últimos años. Necesitamos un plan de lucha para ganar las calles por nuestros reclamos. Sabemos que las discusiones en parlamentos no van a llevar por sí solas más que a medidas cosméticas. Por este camino enfrentaremos las consecuencias de este régimen en descomposición.