Mujer

31/8/2022|1652ST

Ministerio de Mujeres y Diversidades: un fracaso anunciado

Foto: Federico Imas @ojoobrerofotografía

En el primer Ni Una Menos, bajo el gobierno de Cristina Kirchner, la consigna que se abrió curso en las masivas movilizaciones que conmovieron al país fue la denuncia de “el Estado responsable”. El corazón de este planteo era rechazar la cooptación de los gobiernos capitalistas y su fórmula clásica para esquivar las medidas que atiendan nuestras necesidades: crear organismos “de mujeres y géneros” que, bajo la dependencia de gobiernos ajustadores, no tienen posibilidad de combatir seriamente la violencia en sus múltiples manifestaciones.

Desde su creación, el Ministerio de Mujeres no ha servido para “empoderar” más que a un puñado de funcionarias con abultados sueldos, mientras la enorme masa de mujeres y diversidades es hundida en la pobreza. Funcionarias que ni mencionan a la educación sexual porque integran un gobierno que pactó con las iglesias el dominio en este terreno tan sensible para nuestras demandas. Y que, más allá de discursear sobre una “reforma judicial feminista”, no hicieron absolutamente nada para garantizar el derecho y el acceso a la justicia que sigue siendo tremendamente expulsiva y revictimnizante.

En plena pandemia, con el recrudecimiento de la violencia y los femicidios en el marco de aislamiento obligatorio, el Ministerio se limitó a lanzar la estafa del “barbijo rojo” que delegaba en el personal ¡de las farmacias! (vaya unx a saber con qué idoneidad para abordar el tema) la atención de las denuncias, ante el completo desamparo estatal.

El Ministerio no se dio ninguna política para combatir la violencia. Lanzaron el Programa Acompañar, un subsidio de $45.000 por solo seis meses, que no permite alcanzar la independencia económica y salir de una situación de violencia, y que se aplicó a cuenta gotas y con numerosas restricciones en buena parte del país. Los subsidios temporarios, como los planes sociales, son paliativos contra la indigencia y de ninguna manera una herramienta para combatir la violencia de género. Más aún, lo que viene ahora es un mayor recorte de esa magra asistencia para cumplir con las metas de déficit que reclama el FMI.

El fracaso de esta política y el fiasco que resultó el Ministerio es usado por la derecha más rancia, como los Milei, para atacar a la Marea Verde y nuestro movimiento de lucha. Pero un grupo de funcionarias con la panza llena, que expropiaron nuestra simbología y pretenden hablar en nuestro nombre, nada tienen que ver con la justeza de nuestra movilización por las demandas cada vez más acuciantes que ningún gobierno resolvió. Con ese método de organización y lucha debemos enfrentar a los gobiernos fondomonetaristas y a la derecha.

Lo que necesitamos es un organismo autónomo, con una dirección electa por las mujeres y diversidades y mandato revocable. Que tenga independencia política de los gobiernos que ajustan y agravan la violencia. Que tenga como tarea en primer lugar enfrentar la violencia que ejerce el propio Estado en alianza con las iglesias. ¡Vamos por un Consejo Autónomo de mujeres y diversidades!

https://prensaobrera.com/mujer/la-juventud-de-la-ola-verde-con-las-mujeres-piqueteras-y-no-con-el-fmi