Mujer

12/12/2018

“Mirá cómo lucro”: Ona Saez aprovecha el impacto de la denuncia contra Juan Darthés para vender remeras

La empresa de indumentaria textil Ona Saez, ni lenta ni perezosa, lanzó esta tarde una venta de remeras para mujeres con la frase “Mirá cómo nos ponemos”, la respuesta con la que la colectiva Actrices Argentinas retrucó a Juan Darthés la frase utilizó que contra Thelma Fardín cuando abusó de ella: “mirá cómo me pones” –comúnmente usada en el lenguaje machista para responsabilizar a las mujeres al momento de atacarlas física, psicológica o emocionalmente. La réplica refiere a la organización y lucha de las mujeres como respuesta a los vejámenes que sufrimos cotidianamente. Tanto fue el apuro de la empresa por mercantilizar el asunto que lanzó una preventa a $690 la remera incluso antes que las remeras sean impresas.


La empresa pretende proyectar una imagen que favorece la diversidad sexual y de género y una supuesta política de inclusión para vender una identidad de marca “rebelde”. Con esa lógica, vende remeras “feministas”.


Sin embargo, Ona Saez es una empresa denunciada en el largo listado de empresas de indumentaria que explotan el trabajo esclavo para la producción de la ropa que vende en los shoppings de todo el país. En cuanto publicó su nuevo lanzamiento, en las redes sociales aparecieron las denuncias respecto a la precariedad laboral en la que tienen a sus empleadas: trabajo en negro, no paga según convenio lo correspondiente al trabajo en días feriados o domingos, ni paga las horas extra. Su dueño, Sebastián Saez, ha sido denunciado por maltrato laboral y declaraciones discriminatorias.


Por otra parte, Ona Saez es una empresa que ha sido denunciada por utilizar para su línea de ropa infantil (a la que adecúa en talle los modelos diseñados para adultos) niñas extremadamente flacas, alentando la anorexia de adolescentes y preadolescentes a las que ofrece su ropa “rockera”. La misma campaña fue denunciada por mostrar a las niñas como adultas y sexualizarlas, con poses de insinuación sexual de manera inadecuada para su edad y por imponerles actitudes de “tristeza” o depresivas, adecuadas al perfil identitario que vende la marca.


Las remeras con consignas que unifican o representan a diferentes colectivos políticos, sociales, sindicales, de mujeres o de cualquier sector social son identificaciones que se llevan como bandera de lucha. Su mercantilización por parte de una empresa que no tiene nada que ver con ella no es más que oportunismo para hacer un negocio, opuesto por el vértice a las organizaciones, compañeras/os o agrupaciones parte de esa lucha que imprimen y venden sus insignias, mayormente como forma de autofinanciamiento, bajo cualquier formato para expresar estas luchas y reclamos.