El jueves 30 de noviembre una delegación de organizaciones de Argentina y Uruguay viajó a Paraguay en el marco del tercer aniversario de la desaparición de la niña Carmen “Lichita” Oviedo Villalba, a manos del ejército paraguayo. Esta fue la sexta misión humanitaria que viajó a Paraguay.

Solo el cura de la Opción por los Pobres, Rodolfo Viamo, Luis Alman del MEDH, Belliboni del Polo Obrero, Vanina Biasi del Partido Obrero y el hijo de Francisca, Fidel, pudieron ingresar a ver a las compañeras a la cárcel, ya que desde el gobierno montaron una provocación que nos impidió entrar a todos. Por la tarde toda la delegación integró la primera marcha por la aparición de Lichita que se pudo realizar en Asunción que fue desde el Ministerio de Justicia hasta el Ministerio Público Fiscal. Allí participaron también organizaciones de la izquierda paraguaya.

Lichita, de 14 años, junto a su tía Laura Villalba, que se encuentra detenida y transitando un juicio infame estos días acusada de no haber cuidado a su hija y a su sobrina, fueron testigos del asesinato de Lilian y María Carmen, hecho que fue reivindicado públicamente por el entonces presidente colorado Mario Abdo. La puesta en escena de la ejecución incluyó colocarles ropa de fajina a las dos niñas de 11 años, nacidas en Misiones que habían viajado a ver a parte de su familia que se encontraba en Paraguay. Para el relato del Estado paraguayo, las niñas de 11 años eran guerrilleras y habían muerto en un enfrentamiento. Para instalar la versión originalmente mintieron sobre la edad de las víctimas.

La persecución de la familia no terminó allí. En la huida de la familia hacia Argentina, habiendo pasado hacia Formosa por Clorinda, la policía paraguaya mató también al niño menor de Carmen Villalba, de 12 años, en territorio extranjero.

Estamos en presencia de un régimen político con 70 años de trayectoria que utilizó regímenes dictatoriales (Stroessner, 34 años) o democráticos para beneficiar por igual a la oligarquía nativa y extranjera que han garantizado su propias riquezas a costa de someter al paraguay a un atraso social y de haberlo convertido en un narco Estado. “El 90% del territorio cultivable está en manos de 12 mil propietarios, las migajas que quedan se reparten entre 280 mil pequeños productores. El 19% del territorio se concentra en manos de corporaciones extranjeras”, describe el periodista de Tiempo Argentino, Nicolás Recoaro, conocedor de la realidad paraguaya e integrante de la delegación que viajó. El coloradismo es atraso, hambre y narco.

El Comité Contra la Tortura de la ONU se pronunció por el caso, también Human Rights Watch (HRW) afirmó que las autoridades de Paraguay “destruyeron pruebas fundamentales y cometieron otras graves irregularidades” en la investigación. El Estado argentino dio asilo político a la familia e intervino en la recuperación de los cuerpos, que habían sido enterrados en fosas comunes con la excusa del Covid. Sin embargo la presión sobre el gobierno paraguayo para dilucidar el asesinato de las niñas argentinas no continuó y la causa sigue impune.

Parte de la delegación que viajó, pudo visitar a Carmen Villalba (madre de Lichita) y a Francisca Andino, en la cárcel del Buen Pastor, quienes están presas hace 20 años. En el caso de Carmen su condena está vencida desde hace dos años y cinco meses. Antes de que la delegación llegara, el Ministro de Justicia armó una provocación  y adjudicó a Carmen una amenaza de bomba en su ministerio, obviamente sin ningún tipo de prueba. Antes habían allanado la celda de Carmen y le adjudican haber robado una computadora que el propio sistema penitenciario les había dado para terminar la tesis de la carrera de Psicología, que cursan las dos desde hace ocho años. Al día siguiente, solo pudimos visitar a las compañeras cinco integrantes de una delegación de 27 personas, debido a un llamado que hiciera el ministro que impidió el acceso de la mayoría.

El caso paraguayo se extiende en el mundo: se trata de un Estado capitalista criminal con fachada democrática, al servicio de las oligarquías que han sojizado el territorio paraguayo y que abrieron paso al negocio del narco totalmente entrelazado con el régimen político colorado.

Exigimos la aparición de Lichita, justicia por Lilian y por María Carmen, y la liberación de Carmen quien ya cumplió su pena.

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