El 19 de diciembre del año pasado en Misiones amanecimos con una noticia terrible: habían asesinado brutalmente a una mujer en la localidad de Garupá. Se trataba de Irma Ferreyra Da Rocha, empleada doméstica de 47 años. Ella había salido a bailar con unas amigas y se retiró de la fiesta con  Alejandro Esteche, de 28 años, apodado “El Porteño”, quien se encuentra detenido como principal sospechoso del asesinato. Según las investigaciones la engañó para llevarla hasta un túnel bajo la ruta 105, donde fue golpeada, violada y empalada. Por las graves heridas falleció tras tres operaciones. Existen sospechas de que podría haber otro implicado.

 

El descampado donde fue encontrada Irma agonizando se encuentra a pocos metros de la Comisaría Quinta, que tardó más de 40 minutos en acudir al lugar pese a los llamados desesperados de auxilio. Por esta razón es que desde un primer momento los familiares denunciaron la zona liberada para todo tipo delitos de parte de una comisaría que viene siendo señalada por los vecinos hace muchos años.

 

Sin ir más lejos, en el año 2013 fueron detenidos tres efectivos de dicha seccional implicados en el asesinato de la maestra Carmen Mirta Rosa, encontrada muerta en un descampado y cuya autopsia verificó que la causa del deceso fue la explosión de la vejiga, rotura vesicular, fractura de tabique y hematomas en otras partes del cuerpo. Horas antes de aparecer muerta fue vista en un móvil de la Quinta. A esto se suma los escándalos con el tráfico de drogas.

 

A pocas horas del femicidio de Irma el caso estaba aparentemente cerrado, ya que Alejandro Esteche fue atrapado y confesó el crimen. La ministra de Derechos Humanos de la provincia, "Tiki" Marchesini, se apresuró a ponerle a la familia un abogado para que asuma la querella, como hace en estos casos, para canalizar y neutralizar los reclamos. Al día de hoy la familia no tiene noticias del devenir de la causa.

 

Por esto el 26 de mayo nos manifestaremos a las puertas del Juzgado de Instrucción N°7 donde se encuentra la causa para exigir celeridad en la misma y que la familia tenga acceso a la información respecto de la misma. 

 

Basta de zonas liberadas por la policía, por el juicio y castigo a los responsables. 

 

A semanas del tercer aniversario del Ni Una Menos denunciemos las responsabilidades del Estado en la violencia contra las mujeres y desarrollemos un enorme movimiento independiente  del Estado, la Iglesia y los partidos patronales para abrir el camino por el fin de la violencia hacia las mujeres.