Hace más de un año y medio que Victoria está presa, acusada de matar a su propia hija, a pesar de que las pruebas apuntan a su ex pareja, Emilio Rolando Lovera, quien las mantuvo secuestradas durante semanas bajo amenaza de muerte, sometiéndolas maltratos y vejaciones de todo tipo.

 

Lovera tiene parentescos dentro de la empresa de Carlos Simon, dueño de la arenera donde trabajaba. Allí habría asesinado a golpes a Selene, la niña de Victoria. Carlos Simon –quien años atrás fue filmado mientras arremetía violentamente contra su ex esposa en un negocio de San Ignacio– no hizo entrega de todos los videos de las cámaras de seguridad el día del asesinato de Selene.

 

Victoria fue detenida en el Samic de Oberá, en estado de shock. Selene murió minutos antes de llegar al hospital. Lovera, por su parte, se había dado a la fuga. A pesar de que Victoria acusa a su ex pareja por el crimen de la niña, la policía asegura que Victoria se habría autoincriminado. El resultado es que Lovera llega al juicio en mejores condiciones que Victoria, porque sobre ella recae la responsabilidad por ser la madre.

 

La causa llega a la instancia de juicio oral en pocos días más. La Justicia desestimó las pericias psicológicas que afirman que Victoria era una madre preocupada por su hija, que estudiaba y quería salir adelante y que era víctima de una relación violenta. Advertimos que el tribunal que juzgará a Victoria tiene varios antecedentes de fallos misóginos. Dos de los jueces que lo integran, por ejemplo, absolvieron a Alejandro Santandrea, el locutor obereño que abusó de una niña de ocho años. El Estado es el principal responsable del desamparo judicial y social de las mujeres.

 

Llamamos a la población a sumarse al reclamo por la libertad a Victoria y por la cárcel a Lovera. La movilización, el compromiso y la solidaridad de la población son claves para arrancar de la cárcel a Victoria y que se haga justicia por Selene.

 

¡Libertad y absolución para Victoria! ¡Justicia para Selene!

 

¡Ni un femicida más suelto! Cárcel a Lovera.

 

Basta de criminalizar a las mujeres pobres y trabajadoras.