Mujer

23/5/2019|1549

Movilizar masivamente y reclamar una consulta popular por el aborto legal

28 de mayo

Foto: Valen Vignardi

Este 28 de mayo, día de acción mundial por la salud de las mujeres, se volverá a presentar el proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, en el marco de una movilización nacional que previsiblemente volvería a ser multitudinaria. Miles de jóvenes, trabajadoras y trabajadores volverán a volcar a las calles la potencia de una lucha que sigue más vigente que nunca.

A contrapelo de las aspiraciones de la vigorosa marea verde, las fuerzas mayoritarias del Parlamento (desde Cambiemos hasta el Frente para la Victoria y las distintas alas del peronismo) se aprestan a seguir enterrando este derecho detrás de los pactos con el Vaticano y las iglesias evangélicas que no paran de crecer al amparo de los sucesivos gobiernos.


La única agenda que une a los parlamentarios es la del ajuste contra el pueblo: todos plantean seguir pagando al FMI y, por lo tanto, ajustando. Sólo el Frente de Izquierda se distingue ante este propósito y lucha por la defensa integral de los derechos de las mayorías populares, el no pago de la deuda y la ruptura con el Fondo.


Escenario político


Luego del 8A, el peso de las iglesias en el Estado y sus partidos se ha reforzado, a costa de las mujeres y nuestros derechos: niñas forzadas a ser madres, mayor poder a los curas abusadores, bloqueo a la educación sexual laica y científica, incumplimiento de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE). En medio de las elecciones, los operadores del clero están digitando o incidiendo en el armado de las listas de todas las variantes patronales, para colocar en lugares prioritarios a los voceros del oscurantismo. La nueva composición del Congreso en 2020 será de tal suerte la expresión de un mayor predominio de los adversarios de los derechos de las mujeres y las disidencias.


Mientras algunos diputados firman el proyecto de la Campaña, otros tantos se fueron a festejar el “0800 celeste”, destinado a forzar a niñas y mujeres violentadas a ser madres, junto a Vidal y dirigentes de todos los bloques políticos -a excepción del Frente de Izquierda- en el Senado de la provincia de Buenos Aires. En el Senado Nacional, la fundación evangélica de los anti-derechos cuenta con un proyecto de apoyo presentado por García Larraburu -la senadora del FpV que aportó un voto clave para derrotar la Interrupción Voluntaria del Embarazo, el pasado 8 de agosto. Aquel voto negativo fue la ofrenda que CFK otorgó a Bergoglio a cambio de su apoyo, antes de llamar a unir pañuelos verdes y celestes, como si la lucha por la libertad por nuestros derechos pudiera unir fuerzas con la imposición fascista a llevar una vida digitada por iglesias y gobiernos. El recurso político parte de quien unió la demagogia derecho-humanista con la designación del genocida César Milani. Un caballo de Troya permanente en el movimiento popular.


Por su parte, Cambiemos y su crisis galopante colocan a este espacio con más fuerza aún en el terreno de tejer alianzas con los sectores de poder, particularmente con las fracciones de las iglesias que adquieren cada vez más relieve político.


Nuestro movimiento debe tomar nota de estos acontecimientos, porque la conquista del aborto legal y el conjunto de nuestras reivindicaciones no vendrá por el lado del Parlamento de los ajustadores que se arrodillan ante el Vaticano.


La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, dirigida mayoritariamente por luchadoras por el aborto legal que integran partidos patronales y proclericales, decidió subordinar la lucha por este derecho a las agendas ajustadoras de sus partidos. El planteo de “Aborto 2020”, que levantó el colectivo referente de esta lucha, no se compadece con las alianzas clericales que los bloques kirchnerista, pejotista y de Cambiemos impulsan en esta contienda electoral.


Lucha callejera contra el lobby clerical


Nuestro planteo de avanzar en una Consulta Popular Vinculante, por el contrario, coloca la lucha por este derecho en manos de las y los luchadores, que podremos valernos de este instrumento para enfrentar la avanzada de las iglesias y disputar contra su prédica fascista, ir a la conquista de nuevas voluntades en defensa de las mujeres y la clase obrera. Es un recurso para recuperar la agitación callejera y la disputa frontal para arrancar a miles de personas de la superstición, los mitos y, sobre todo, de la regimentación personal y social que imponen las iglesias usando el aborto clandestino como una forma de imponer una moral reaccionaria y falsa. Debemos mirar la experiencia de Brasil, donde el fascista y misógino Bolsonaro se hizo del poder gracias al trabajo de estas iglesias -que crecieron como hongos bajo el amparo del PT. La lucha por el aborto legal debe ser punta de lanza contra la ofensiva de corte reaccionaria que gana terreno a medida que crece la descomposición y la barbarie social.


Quienes rechazan la Consulta Popular por el temor a que sea derrotada, no advierten que la peor derrota es abandonar la lucha, seguir apostando a un lobby parlamentario sin perspectivas y no valernos de todos los recursos existentes para enfrentar la ofensiva clerical y patronal.


Nuestro movimiento de lucha ha demostrado su enorme vigor ante cada nueva instancia de movilización. Lo hicimos en el pañuelazo federal del 19F y la masiva movilización del 8 de Marzo, día internacional de la Mujer trabajadora. Este 28 y el próximo 3 de junio en un nuevo #NiUnaMenos, volveremos a mostrar que nuestra lucha sigue en pie.