Mujer

17/9/2016

Otra joven santiagueña presa por abortar


Una joven santiagueña de 20 años se encuentra hospitalizada bajo custodia policial, tras haber llegado al hospital zonal de Clodomira con un aborto en curso. La judicialización del caso se produjo luego de que los médicos que la atendieron detectaron restos de “una pastilla abortiva en el útero” y denunciaran a la policía que el parto prematuro, de 5 meses, habría sido resultado de un aborto clandestino. El fiscal del crimen de turno ha instruido una investigación policial y la aprehensión de la mujer que está internada en el hospital de La Banda (http://www.diariopanorama.com/noticia/235759/investigan-supuesto-aborto-inducido-joven-20-anos)


Este caso se suma al de Eva, presa bajo la presunción de haber colaborado con el aborto de su hermana, de 18 años, que murió como resultado de una infección generalizada que contrajo luego de que una curandera interrumpiera su embarazo de forma insegura (Ver: http://www.po.org.ar/prensaObrera/online/mujer/caso-eva-santiago-del-estero-ya-tiene-su-belen)


La situación del aborto en Santiago del Estero es alarmante. Según el obstetra Miguel Ángel Curioni, ex director de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología en la provincia, la incidencia del aborto en la maternidad es altísima, ya que casi se produce un aborto por cada nacido vivo. En una entrevista reciente, afirmó  "(que) sin dudas la situación sigue siendo dramática y estos casos vuelven a surgir porque en algo estamos fallando (…) Si tenemos en cuenta que en la provincia nacen entre 16 y 18 mil niños por año, son aproximadamente unos 15 mil abortos por año" (http://www.elterritorio.com.ar/nota4.aspx?c=2078712628216791).


En 2015 se registraron en Santiago tres muertas a causa del aborto clandestino, cifra seguramente subestimada dada la clandestinidad de la práctica. En la provincia gobernada por Claudia Ledesma Abdala, no existe protocolo alguno para la atención de la interrupción voluntaria del embarazo, lo que vehiculiza las arbitrariedades y la criminalización de las mujeres pobres que abortan. Esto refuerza el negocio oscuro de las clínicas clandestinas y la represión de las mujeres por la vía de la violación del secreto profesional, amparado y promovido por el Estado, que encuentra en este mecanismo un arma de disciplinamiento en masa.


A esta política tenemos que oponerle la organización independiente de las mujeres trabajadoras por el derecho inalienable de las mujeres sobre la maternidad. Por educación sexual científica y laica. Anticonceptivos de calidad en hospitales públicos y obras sociales. Aborto legal, seguro y gratuito.


Organicemos acciones de lucha en Santiago del Estero y el país hasta conquistar la libertad de Eva y todas las mujeres presas por aborto.