Mujer

22/10/2009|1105

…otra vez “derechos y humanos”

En el taller de derechos humanos, las encuentristas creíamos estar exentas de la intromisión y provocaciones de la Iglesia. Sin embargo, compañeras de Madres de Plaza de Mayo, Hijos y Familiares de Desaparecidos, organizaciones contra la impunidad y el gatillo fácil, y demás luchadoras –reunidas para discutir cómo terminar con la impunidad de ayer y hoy– fuimos blanco de una intervención justificatoria de la dictadura militar y el genocidio.

Una militante de la Iglesia denunció “a los terroristas, guerrilleros, montoneros que quisieron alterar la paz social en Argentina”, y que era por eso necesaria en el debate “la memoria completa y el llamado a la reflexión de las Madres de Plaza de Mayo que no sabían en qué andaban sus hijos”. Estas palabras generaron gran indignación. En las resoluciones figuraron como la posición de una sola persona (el resto de las de la Iglesia no abrió la boca) y dejamos constancia de nuestro enérgico repudio. En 1977, el obispo Plaza decía: “Los malos argentinos que salen del país se organizan desde el exterior contra la patria, apoyados por fuerzas oscuras difunden noticias y realizan desde afuera campañas en combinación con quienes trabajan en la sombra dentro de nuestro territorio. Roguemos por el feliz resultado de la ardua tarea de quienes espiritualmente y temporalmente nos gobiernan. Seamos hijos de una Nación en la cual la Iglesia goza de un respeto desconocido en todos los países condenadamente marxistas…”.

La Iglesia actuó y actúa en defensa de la dictadura para apoyar un régimen social que sostiene su dominación y privilegios.

Luchemos por un Encuentro Nacional de Mujeres independiente del gobierno patronal y de la Iglesia oscurantista, y de sus aliadas en el movimiento de mujeres.