Mujer

1/10/2019

Rechazamos a los Mauricio Juan del Poder Judicial capitalista, patriarcal y machista

El Senado mendocino aprueba el pliego de un conjuez que desconoció la figura de femicidio

Foto : Verónica Torres

En medio del repudio del movimiento de mujeres, el Senado mendocino aprobó este martes (con 21 votos a favor y 18 en contra) el pliego enviado por el gobernador Alfredo Cornejo sobre el conjuez Mauricio Juan, allanando de este modo el camino para que se transforme en juez del Tribunal Penal Colegiado. Se votó con el método tradicional secreto de votación por bolilla, que sólo el FIT ha rechazado. Sostenemos que los jueces deben ser electos y revocables por el voto y control popular.


Recordemos que el 11 de septiembre, el Tribunal Penal Colegiado n°2, integrado por el juez Jorge Coussirat y los conjueces María Alejandra Ratto y Mauricio Juan, emitió un fallo machista desconociendo la figura de femicidio en el caso Julieta González, lo que generó inmediatamente una movilización y repudio social generalizado. 


El caso de Julieta movilizó a miles de mujeres en 2016 por Ni Una Menos. Tiene como femicida a un hijo del poder: Andrés Dicesare, hijo de un empresario dueño de Transportes Mitre, a quien terminaron condenando a 18 años por homicidio simple, desconociendo la relación de pareja con violencia de género. Los argumentos del Tribunal que también tiene a su cargo los debates por el Caso Próvolo, afirman que la víctima estaba “acostumbrada a relacionarse fácilmente”,  que “tenía demasiada independencia personal e íntima”. También caracterizaron que “solo salían a tener sexo”, que era una relación “mantenida en secreto”, entre otras argumentaciones machistas y de doble moral.





En el transcurso de la polémica, el gobernador Alfredo Cornejo postuló a Mauricio Juan para ser votado en el Senado como juez titular. El colectivo Ni Una Menos rechazó su pliego con decenas de impugnaciones, pero en la audiencia pública del proceso eleccionario el candidato tuvo más adhesiones que impugnaciones, un mecanismo últimamente muy aceitado por parte del radicalismo luego de la experiencia que pasara a la historia con el juez José Valerio. 


Mauricio Juan declaró en la audiencia que “falló de acuerdo a sus convicciones y con la ley en la mano”. Es decir, falló con la clara convicción de favorecer a un hijo del poder a costa de denigrar la lucha de millones de mujeres en este país que nos levantamos para decir Ni Una Menos, El Estado es responsable.  


Denunciamos que además el candidato tiene en su prontuario ser un criminalizador de la protesta social. Como fiscal adicto al gobierno de Cornejo, favoreció las imputaciones a los legisladores del FIT y a Raquel Blas en la jornada del 6/4/17 en el marco del paro nacional.




Demagogia y oportunismo 


En un septiembre de plena campaña electoral se pudo apreciar el reacomodamiento del gobierno a través de la fiscal Claudia Ríos, que recusó el cuestionado fallo por Julieta González, pero para que termine decidiendo la Suprema Corte de Justicia,  compuesta por ministros misóginos, homófobos y garantes de la impunidad del Poder Judicial. Entre ellos en la Sala II (laboral y penal) está el juez más repudiado de la historia: Valerio y los supuestos garantistas que en fallos polémicos como el del ítem aula no fijaron posición resolutiva: Omar Palermo y Mario Adaro.


Alertamos que la demagógica defensa de una “perspectiva de género en la justicia”, que se escucha por estos días, es impulsada por peronistas que organizan y acompañan las marchas de los anti derechos pañuelos celestes, como las senadoras Patricia Fadel y Ana Maria Sevilla, o el senador Guillermo Amstutz; o por las garantes del ajuste que empobrecen aún más a las mujeres trabajadoras como la vice gobernadora cobista Laura Montero. Rechazamos toda colaboración política con ellas.


La aprobación del pliego de Mauricio Juan pone en evidencia a un Estado responsable del flagelo de los femicidios, y también del enorme padecimiento de los sectores populares, con una crisis generada por una clase capitalista completamente descompuesta, a la que pretenden rescatar a toda costa, poniendo todas las instituciones a su servicio.