Mujer

6/7/2006|953

Respuesta a ATEM (II)


Siempre hablamos, escribimos y luchamos por los derechos de género y clase. En la nota del 8 de marzo encomillamos “género” cuando hablamos de la charlatanería de la lucha por la igualdad de “género” que intenta en estos tiempos y en estas circunstancias convertir el día internacional de lucha de la Mujer trabajadora en un día de la mujer festivo como el de la secretaria o formal como el día de la madre, porque la lucha de género tiene otras causas, y necesidades cada vez más acuciantes por el retroceso social al que toda la clase obrera y las clases sociales explotadas son sometidas por el imperialismo. Por eso los partidos de la clase trabajadora y los movimientos reivindicativos de lucha toman los derechos de la mujer en sus programas. Por eso repudiamos que se lo use para bastardear el 8 de marzo, nuestros derechos y nuestra lucha como mujeres.


 


Así lo tomó Clara Zetkin, no como feminista, que también lo era, sino a instancias de la Dirección del Partido Socialdemócrata Alemán y desde la Dirección de la Internacional Socialista, que integraba por su calidad militante. No fue a instancias de la dirección del PSDA, donde había muchas controversias.


 


Como ahora lo toma el Partido Obrero y la Coordinadora por la Reconstrucción de la IV Internacional.


 


El “encomillado” no es para el feminismo como movimiento de lucha y de organización. Sino para las femitruchas, con el mismo sentido con el que hablamos de los piquetruchos o de los socialistas democratizantes que se pasan al reformismo como “socialistas”. O como esa variante del punterismo político, el de algunas mujeres de algunas organizaciones “no gubernamentales”. Las y los que se pasan al poder de turno y abandonan su clase y su género, sirviendo al sistema por sus intereses personales. Valga la aclaración, y la delimitación política.


 


En los últimos años me ha tocado participar en casi todas las reuniones previas a los 8 de marzo. Y defender el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora (de todas las clases explotadas). Y explotadas en su hogar. Fue Marx quien llamó a las cosas por su nombre, con dialéctica materialista, quien planteó que la Mujer es el obrero del Hombre en esta prehistoria de la humanidad en la que vivimos. Y fue Engels quien escribió retomando las más avanzadas tesis de la época “La familia, la propiedad y el Estado”. Fue Lenin quien llevó a la práctica esta igualdad en la revolución rusa, y Stalin quien expropió su poder político. Por eso revelamos lo que se pretende ocultar, la inmensa movilización de mujeres el 8 de marzo ruso, previa a la revolución de octubre.


 


Atem dice en esta crítica cosas con las que acordamos, habla de ignorancias que siguen en debate como el origen del día de la mujer, que seguiremos discutiendo. Pero este 8 de marzo me tocó discutir con Atem por qué la marcha del 8 de marzo tiene que ser antigubernamental. Y contesté lo que ratifico: en primer lugar por el derecho al aborto.


 


Tampoco aceptaron que fuera de las mujeres trabajadoras el 8 de marzo. No consensuaron con nosotras una sola consigna de clase. Pero marchamos juntas.


 


Es que Atem tenía expectativas en Ginés González García y en la campaña por las firmas por el apoyo a los proyectos que nos acerquen al derecho al aborto. Tal vez no las tenga ahora, que quedó demostrado que esa campaña fue para arrastrar votos al kirchnerismo, y que Ginés va a ser reemplazado por Alicia K., porque K ya cerró con la iglesia. Y que Ginés no es feminista ni progre y volverá a subir por su concupiscencia y no por sus facetas “progre”.


 


Nos llama la atención que a Ginés no le pregunten si lava los platos ni cuánto le paga a sus empleadas domésticas. Como tampoco se lo preguntan a las femitruchas. Los partidos del sistema no son tratados por las feministas, y aquí lo digo en general, como los partidos de la clase obrera.


 


Nosotras y nosotros, del Partido Obrero y del Polo Obrero, pertenecemos a una organización que hace del debate y del voto una práctica cotidiana, por los derechos de las mayorías. No consensuamos. Llamamos al Frente de Lucha, a la unidad de los que luchan y la unidad de la clase obrera y las clases explotadas y los movimientos genuinamente democráticos como el feminismo para reorganizar la sociedad sobre nuevas bases económicas, políticas y sociales. Por eso levantamos todas las banderas feministas y de los grupos gltttb. El machismo lo combatimos, como combatimos el reformismo, desde nuestras propias filas.


 


Como debe hacer toda organización que se precie de principista y revolucionaria.


 


No vemos esto en Atem —aclaro qué es lo que no vemos, si no parece que todo lo bueno lo hacemos solo nosotras- hacia el interior del feminismo ni hacia funcionarios y funcionarias de los gobiernos de turno.


 


Como verán, ni antifeministas rabiosas ni con el clero reaccionario.


 


Nos vemos en la lucha.