Mujer

16/3/2022

Río Cuarto: luego de 15 años, comenzó el juicio por el asesinato de Nora Dalmasso

En el banquillo está Marcelo Macarrón, acusado de ser el autor intelectual del asesinato de su esposa.

Imagen: A24

El lunes 14 de marzo comenzó el juicio por el asesinato de Nora Dalmasso. Por el hecho está imputado Marcelo Macarrón, el viudo de Nora, a quien se lo acusa del delito de homicidio calificado por el vínculo, alevosía y precio o promesa remuneratoria, crimen por el que puede corresponderle prisión perpetua.

Nora Dalmasso fue hallada sin vida en su domicilio del barrio cerrado Villa Golf, ubicado en la localidad cordobesa de Río Cuarto, el 26 de noviembre del 2006. Un vecino la encontró semidesnuda sobre la cama de su hija con el cinto de la bata atado al cuello. La autopsia develó que fue estrangulada por presión dactilar.

Cabe recordar que la primera hipótesis estableció que se trataba de una muerte en el marco de un juego sexual por lo que durante mucho tiempo la justicia, avalada por un megaoperativo mediático, se encargó de hacer circular los nombres de los supuestos amantes de Nora; el circo fue tal que hasta se vendían remeras con la leyenda “yo no me acosté con Nora”. Un accionar misógino que la revictimizaba y tenía como finalidad garantizar la impunidad de los verdaderos responsables, responsabilizando a la víctima de su muerte.

Es que la muerte de Nora puso de manifiesto todo un entramado de poder, encubrimiento y negocios. Marcelo Macarrón, un reconocido médico traumatólogo, tenía relación con el poder político de la provincia, de hecho se lo vinculaba por ser testaferro de un alto mandatario del gobierno de Córdoba. Algo que es avalado por el fiscal Palacios al establecer que el viudo sería el instigador del asesinato, motivado por cuestiones económicas y políticas basadas en la esfera social en la que se movían.

Así las cosas, es evidente que la investigación del caso Dalmasso tuvo múltiples irregularidades. Por la causa pasaron seis fiscales y un fiscal general debió renunciar al cargo, a su vez, por la escena del crimen transitaron más de 20 personas por lo que no se pudieron preservar las pruebas.

Además, fueron 4 los imputados. El más emblemático fue Gastón Zárate, un pintor que estaba trabajando en la casa de los Macarrón y a quien la población de Río Cuarto defendió con movilizaciones por tratarse de un perejil. La lentitud del poder judicial es tal que hoy si se encontrarán a los responsables materiales del crimen, cosa que resulta casi imposible, no podrían ser condenados ya que la causa prescribió.

La impunidad de la justicia que, durante 15 años, no tuvo respuestas frente a un caso que conmovió al país, es producto de su estrecha vínculo con un Estado que perpetúa la violencia hacia las mujeres como forma de dominación más general y encubre a los amigos del poder. Solo el movimiento de mujeres de Río Cuarto ha luchado por justicia para Nora, camino que se debe profundizar para conquistar el esclarecimiento del crimen y el castigo a los culpables. Frente a los enormes límites de un Poder Judicial adicto a los gobiernos de turno, vamos por un fuero especializado en violencia de género, con cargos electos y revocables, para que seamos las mujeres quienes tengamos control frente a estás situaciones. Justicia por Nora, el Estado es responsable.