Hace 5 años que Yamila S. fue acusada judicialmente como la responsable de la muerte de su bebé. Desde hace 9 meses estaba detenida. En el día de ayer, la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Rosario la absolvió por no tener pruebas en su contra.

 

En 2012 esta joven, de 19 años de edad, llevaba adelante un embarazo de 39 semanas y tuvo un parto en avalancha en el baño de su casa. En 2016 la condenaron a 9 años de prisión por el delito de "abandono de persona seguido de muerte": la jueza a cargo de la causa entendió que el bebé había llegado a respirar y que la joven no hizo nada para socorrerlo –una suposición realizada sin evidencia alguna.

 

Luego del fallo de ayer, su abogada declaró a los medios de prensa: "Nuestra defensa se basó no sólo en la falta de evidencia para poder afirmar el momento de muerte de la criatura (…) ella tenía 19 años al momento del hecho, dio a luz sola en el baño de su casa, atravesando un momento bastante difícil con quien era en ese entonces su pareja, no está acreditado que esta conducta que se le reprocha hubiese generado otro resultado. Es decir le hubiese salvado la vida al bebé" (La Capital, 13/6).

 

Durante el martirio persecutorio de la justicia, Yamilia contó en reiteradas ocasiones lo que padeció ese día: que ella se despertó, fue al baño porque estaba descompuesta, vomitó, tuvo contracciones y sentada en el inodoro su cuerpo expulsó la placenta con el niño que gestaba adentro y que con las manos rompió el tejido y vio al bebé muerto. La vida de la joven estuvo altamente en riesgo, ya que un parto de estas características puede llevar a la muerte si no se tiene una correcta atención médica. Ella sostiene que luego de este hecho, para ella traumático, puso el cuerpo sin vida dentro de una bolsa. Sus padres encontraron la bolsa y a Yamila desplomada en el piso del baño de su casa en un charco de sangre.

 

Yamila no solo vivió una situación en la que estuvo en peligro su vida. Estuvo detenida durante 9 meses sin ninguna prueba que contrariara su testimonio, el poder judicial simplemente dedujo que ella “había matado” al bebé por no haberle dado la correcta asistencia.

 

A estas inconsistencias basadas en los prejuicios del poder judicial se sumó una seguidilla de ataques por parte de la justicia. En 2016, la fiscal Magdalena Mazzini pidió que fuera condenada a 18 años de prisión. En septiembre, la jueza Marisol Usandizaga la condenó a nueve en un fallo que fue muy criticado por sus argumentaciones y apelado por la defensa –a la que ahora un tribunal superior le ha dado lugar.

 

Yamilia fue absuelta gracias a que la movilización del movimiento de mujeres hizo público que no se había podido comprobar ninguna de las acusaciones contra la joven. Otro triunfo de este gran movimiento de mujeres que en su lucha en las calles ha obtenido la libertad y a absolución de Belén y recientemente la libertad para Higui.

 

Desde el Plenario de Trabajadoras abrazamos a Yamila y a todas las compañeras que lucharon por su liberación.