El sábado 9 murió de una puñalada en el tórax una niña wichi de 14 años, Nancy Villa. Ocurrió en el camino rural Misión La Loma 2, cerca de Embarcación. Los familiares dicen además que la chica estaba embarazada de 4 meses. Es el segundo femicidio del año, luego del de Graciela Flores.

Hay un joven de 18 años detenido, quien sería ex novio de la chica y se sigue investigando si hubo participación de otras 4 personas. El caso es muy oscuro, algunos dicen que la joven se interpuso a la agresión de su ex a su actual novio, otros dicen que en realidad fue agredida directamente.

El cacique de la zona, Juan Bracamonte, explicó a los medios de comunicación que el caso se enmarca en la problemática de adicciones y alcoholismo que sufren niños y adolescentes de las comunidades originarias, que el problema los supera y el Estado no hace caso a los pedidos de las comunidades.

A finales de año, mujeres de la misión Carboncito realizaron una movilización pidiendo al Estado que sancione a comerciantes que le venden vino a los niños, incluso sufren agresiones físicas si no beben. Las madres cuentan que no pueden enviar a sus hijos a comprar pan porque vuelven sin el dinero y con un vino. Hay un caso puntual de una mujer que fue a reclamar al comerciante y este la amenazó de muerte. ¿Cómo pueden actuar con tanta impunidad?¿Quién los ampara?

Por otro lado, las mujeres de los pueblos originarios sufren la violencia muy crudamente. Si el violento es miembro de la comunidad, no les toman la denuncia con la excusa de que la costumbre dicta que tienen que obedecer a su pareja. Los juzgados no cuentan con el intérprete bilingüe para que puedan hacer la denuncia.

Las niñas y adolescentes son forzadas a la maternidad porque la salud sexual y reproductiva no les llega, ni siquiera tienen acceso a la salud a la hora del parto. Transitan su adolescencia creciendo con sus hijos en la pobreza y el hambre.

Se seguirá investigando el caso del femicidio de Nancy Villa siempre que la comunidad luche por justicia, porque esa también es otra de las carencias de las comunidades originarias que hoy lloran esta muerte completamente evitable.

Justicia para Nancy Villa. Ni Una Menos. El Estado es responsable.