Mujer
4/8/2017
Salta: la agenda de la mujer en las elecciones
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Pre-candidata a Diputada Provincial
La discusión sobre la situación de la mujer y su agenda se instaló en la situación política salteña, condicionando la campaña electoral. Y no podía ser de otra manera, puesto que el régimen político de Juan Manuel Urtubey estuvo cruzado por enormes crisis: 16 femicidios en siete meses y desapariciones de mujeres que están a la orden del día. Mientras tanto, sostiene la enseñanza católica en las escuelas e inviabiliza el aborto no punible.
No es casual, entonces, que el gobierno haya tenido que dar marcha atrás en la candidatura a diputada nacional de la actual ministra de Derechos Humanos, Cintia Calletti. Con el femicidio de Andrea Neri y el crecimiento brutal de la violencia hacia la mujer se puso en cuestión la responsabilidad del Estado y, con ello, la de la ministra. Por otro lado, Frida Fonseca, la principal referente del PJ en el Concejo de Capital, amagó con disputar la Senaduría a nuestra compañera Gabriela Cerrano, planteando ser “la candidata de la mujer”. Pero no pasó la primera prueba. Abandonó su planteo de guarderías por orden de las patronales y la intendencia del massista Gustavo Sáenz. Tiempo después, junto a todo un sector del PJ, terminó encabezando una de las listas a diputados del macrismo.
El kirchnerismo intentó hacer pie en el movimiento de mujeres, ante la crisis del gobierno, planteando una versión farsesca de nuestro proyecto de Consejo Autónomo de Mujeres, estableciéndolo como un nuevo puente para la cooptación política en nombre de que ellas “sí están capacitadas en la cuestión de la mujer”. Su principal referente, ni bien se cerraron las listas, acabó desertando del Partido de la Victoria (PdV) “opositor” de Urtubey. A la vez, en su afán de cooptación, el régimen impulsor de las zonas rojas y del freno al cupo trans, incorporó en diferentes listas a numerosas referentes del movimiento aunque, por lo bajo, varias ya declararon su voto a Gabriela Cerrano, la única que defendió consecuentemente un cupo trans sin restricciones.
La ligazón del movimiento de mujeres a los partidos patronales y al Estado, en ocasión del último 3J (Ni Una Menos), las llevó a abandonar la consigna “Contra las políticas de Macri, Urtubey y Sáenz”, en nombre de que ahora iban en sus listas. Sin embargo, la Ley de Cupo Femenino, aplaudida por las feministas desde todas las tribunas, sirvió para incorporar a las mujeres de los partidos patronales y a un sector de las dirigentes feministas detrás de los viejos caudillos del PJ o de candidaturas improvisadas de periodistas, médicos y artistas locales. Su incorporación se consumó sin una sola crítica al régimen ajustador, que ataca a las familias obreras en defensa de los intereses de las multinacionales como Tabacal o las mineras.
En oposición a este cuadro y en defensa del desarrollo de un movimiento de la mujer, independiente de los responsables de la violencia, las luchadoras ocupan un lugar protagónico en las listas del Partido Obrero y el Frente de Izquierda, encabezando 11 de los 14 municipios en donde nos presentamos.
Nuestro principal desafío es renovar la Senaduría por Capital con Gabriela Cerrano, la primera mujer en ocupar este escaño. Con ella se colocó, por primera vez, la agenda de los trabajadores y las mujeres. Denunció el régimen de la impunidad, objetando a los jueces y fiscales al servicio del poder político y económico; fue la única en denunciar la limitación a la prohibición de los desalojos a campesinos, impulsada por Urtubey en favor de los grandes terratenientes. Impulsó la elección de jueces y fiscales de violencia de género por el voto de las mujeres, la ley de búsqueda de personas desaparecidas, junto a la Comisión de Familiares contra la Impunidad, las guarderías en lugares de estudio, la restitución del día femenino, la derogación del decreto que inviabiliza el aborto no punible, entre otras causas. Por eso, hoy enfrenta una cruzada de los representantes más retrógrados del régimen oscurantista y del gran capital en Salta que quieren recuperar este lugar, incluso coqueteando con alguna que otra reivindicación de la mujer.
Mientras las organizaciones de mujeres llaman a un voto de “género”, que refuerza al Estado y a los partidos capitalistas; las mujeres del Partido Obrero llamamos a una enorme movilización política para unificar nuestro voto y el de los trabajadores contra el régimen del ajuste y de la violencia hacia la mujer.