Mientras la campaña por el aborto legal crece y se extiende a nivel internacional, en Santiago del Estero se sumó días atrás una nueva víctima fatal de la clandestinidad de la práctica.

Se trata de Liliana Herrera, una joven de 22 años y madre de dos niños de la ciudad de Loreto, quien ingresó el jueves 2 de agosto en horas de la noche al hospital regional de la capital provincial, con un cuadro de infección generalizada resultante de un aborto clandestino.

En lo que va del año se han producido tres muertes por falta de atención inmediata en este hospital. Todas las mujeres que llegan con infecciones producidas por aborto clandestino son maltratadas y ninguneadas. Semejante deshumanización es previsible, cuando el director del servicio de maternidad es el médico Eduardo Allub – denunciado oportunamente por el movimiento de mujeres ante sus declaraciones a favor de la objeción de conciencia y contra el aborto legal.

Este crimen del Estado contra las mujeres se da en un cuadro fortalecimiento de la relación de la Iglesia con el Estado provincial en torno a los subsidios asistenciales –el complemento de un creciente empobrecimiento de las masas laboriosas. Recientemente se dio a conocer un convenio del gobierno de los Zamora con el doctor Abel Albino, para la entrega de una copa de leche hasta los mil días del nacido. Esto muestra el entrelazamiento oficial con los sectores más oscurantistas y la tercerización de buena parte de la asistencia social en el clero.

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Los diputados y senadores del oficialismo y oposición, que dicen representar a los santiagueños, se llenan la boca hablando de la “defensa de la vida” para defender el aborto clandestino, dejando morir a las mujeres en las peores condiciones. Ello mientras callan el adoctrinamiento a nuestros adolescentes, a quienes se hace a marchar con pañuelos celestes.

En defensa de las mujeres trabajadoras, este 8A llenemos las plazas con millones de mujeres en todo el mundo. ¡Necesitamos el aborto legal, seguro y gratuito! ¡Separación inmediata de la Iglesia del Estado!

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